jueves, 10 de diciembre de 2009

Primera impresión

¿Alguna vez les han pedido definirse ustedes mismos en una sola palabra? Honestamente, siempre me han hartado este tipo de ejercicios. Recuerdo que de adolescente me pidieron hacer un una descripción de mí misma tanto física como emocional. Sufrí con el encargo, no porque me faltaran las palabras para describirme, sino más bien porque no quería que los del salón supieran qué era lo que pensaba de mí. Entonces, descubrí una palabra que me describía sin pedos: mamona.

Soy de carácter muy especial, y aunque con mis amigos y seres cercanos me desenvuelvo bastante bien y soy atodamadre, en realidad la primera impresión que doy es de ser una pinche mamona.


Soy mamila a la hora de comer ...


Me caga comer pollo con grasa o venitas visibles.

Si me das de comer pancita seguramente te mentaré la madre.

Si quieres arruinarme un sandwich, sicronizada o taco, sólo ponle aguacate.

Pocas cosas me pueden poner de malas como un bistec nerviudo.

No tolero los pasteles que con morderlos te sabe la yema del huevo.


Últimamente me he dado cuenta que en nuevas tecnologías de la comunicación también puedo ser muuuuy mamona. Ejemplos claros de esto es el Messenger y Facebook. Hay cosas que pueden sacarme de quicio.

En el Messenger:


Ponerse nicknames absurdos y pendejos.


Que un contacto se firme a cada cinco segundos y vea aparecer su odiosa foto constantemente en mi ventana.

Razones por las que borro un contacto en el facebook, sin tocarme el corazón:


No mamen. Publicar todos sus test me puede poner de pésimo humor. Me gusta el facebook, me gusta su habilidad twittera de postear las nimiedades de la vida, pero no es justo abrumar a tus contactos con los 2000000000 test, que imparablemente publicas. Si se trataran de test chidos, con gracia y vuelta, pero noooooo. Me he llegado a encontrar con test tan pendejos como: " define la personalidad de tu pene"…reitero: NO MAMEN.

Mientras estoy en la chompu chambeando, me gusta recibir correos de gente apreciada por mí. Me llena de alegría que windows messenger me avise de los updates de facebook-"You have received a new mail from facebook"- entonces pienso que algún buen amigo me envió un mensaje y pregunta por mi bien estar....y ¿qué es lo que pasa? descubro que la mitad de esos correos son invitaciones a eventos, de gente que usa el Facebook para hacerse marketing. En serio, si se tratara de un evento personal, entiendo que la herramienta sirva para llevar acabo la laboriosa tarea de avisarle a tus contactos, pero usarlo para hacerse constante propaganda, llega a cagar la madre.

Soy mamona a la hora de hacer mi súper…


Me da cosita encontrarme con conocidos en el súper, por la sencilla razón de que si te encuentras a la amiga de tu mamá o a la esposa de sepa quién, ya valiste madre. Te van a estar chingando todo tu trayecto.


-¡No compres Alpura!- te van a decir – Es mejor la Santa Clara.


-Gracias, pero Alpura está bien- tratas de no perder el cool, aunque ya te están jorobando.


-No no no no , tú hazme caso – te insisten casi sacando tus litros de Alpura del carrito y metiendo los prismas de Santa Clara y para rematar te sonríen.


-A ver hija de tu reputa madre, ¿que acaso tú ordeñaste a la pinche vaca?- No se lo dices, pero a huevo que lo piensas. – Bueno, nos vemos.- te despides dando la media vuelta esperando no encontrarte a la tipa en los cuatro metros cuadrados.


Luego vas a salchichonería porque te hace falta jamón. Probablemente ustedes ya lo hayan notado, pero la sección de jamones es el aquelarre de las amas de casa. Ahí está la tipa que te jodió con la leche Santa Clara.

-Ay, hola otra vez- te dice con voz chillona.


-rrhrola- murmuras.


-¿Qué le doy güera?- te dice el que despacha los jamones.


-1kilo de pechuga de pavo.


-¿Un kiloooooooo?- te dice la tipa- Ay no, es mucho, si sólo vives con tu novio. ¿No se les echa a perder? Ay es que es pecado tirar comida.


-Come mierdaaaaaa- lo piensas, está en la punta de tu lengua, pero te reprimes.


-Mejor llévate un cuarto.-te lo dice casi ordenándote.


-Me llevo UN KILO de jamón- la cordura empieza a abandonarte.


-Bueno, yo no más te advierto…-te dice alzando las cejas.


-Tienes razón- le dices- no me llevaré un kilo, me llevo DOS.


Terminas la discusión dándote la media vuelta y te vas con tu bolsota de jamón.
Tal vez yo esté exagerando, a lo mejor no debería de ponerme tan de malas encontrarme con conocidos en el súper, pero por alguna razón, cuando veo una cara familiar que me saluda a lo lejos, sólo puedo pensar: “Ya valió madre”.


Y ya valió madre sobre todo cuando siendo mujer necesitas a la de abuebo comprar toallas femeninas…cosas de chicas. Vas a la caballeriza con toda la discreción que puede caber en el mundo, desde lejos vislumbras el paquete que quieres para que sólo te tome un movimiento agarrarlo. Echas tu bomba ninja y kaboom.
Ahhh perooo…..


Sin pinche falta te tienes que encontrar con el esposo de la vieja que te jodió con los litros de leche y los jamones. El tipo te ve con mucha atención. Lo tratas de saludar de lejos con un solo movimiento de cabeza para que no se te acerque, pero es en vano. Se te acerca poniéndote una cara de : “¿Apoco te sangra a ti también la cola?”

Soy mamona a la hora de fumar…


Otra cosa que me zurra la madre es que se metan con mi forma de fumar. Sé que es malo, que da cáncer, o enfisema, pero no podrán negar que se siente increíble cuando el humo escapa de tu boca. Así que si me ves en la calle con un pitillo, fumando a gusto, y tienes la intención de narrarme los puntos negativos del tabaco, NO lo hagas. Por tu bien.


……………………………………………………………………………………………………………………………………………

El ser mamona me ha acarreado un sin fin de problemas y comentarios molestos. La gente cree que me siento mucho, pero en verdad no soy presumida, ni hablo con una patata en la boca. Simplemente me gusta caminar por la calle e ir perdida en mis pensamientos, al grado de ignorar a todo aquél que pasa cerca de mí.
-Ay! El otro día te vi en Plaza y ni me saludaste- me han dicho más de una vez
-Seguro no traía mis lentes puestos y no te vi- mi primera respuesta
-Sí, sí los traías, son unos lentes rojos- insisten
-Entonces iba TAN en mi pedo que no noté que estabas cerca.
-Ay, ¡qué mamona!-
-Mtaaaaaa…
Pertenezco a esa raza de locos que les gusta estar en su pedo. Si no me molestan soy completamente inofensiva, pero no falta quien gusta de joder a un loco con una varita picándolo para ver qué pasa. ¿Y qué es lo que pasa? Furia desatada sin auto-represión.

martes, 27 de octubre de 2009

Males necesarios

Hay cosas en esta vida que no logro comprender. Sé que existen, pero me rehúso a racionalizarlas. Así como sé que por ahí abundan los coprofílicos y no los entiendo, así como sé del holocausto y no logro comprenderlo, de la misma manera no puedo aceptar que haya doctores que le hurguen a una por ahí. ¡Putos ginecólogos!



Estoy consciente del papiloma, y del cáncer cervicouterino...fiddle dee dee... Pero me cagan los ginecólogos hombres. No es por naca, sino que mis experiencias con ginecólogos varones han sido nefastas, y todoooos recomendados. -¡Ay! te voy a llevar con mi doctor. Es súper lindo. Eso te dicen TODAS, fíjense bien y notarán que al referiste a su colólogo, siempre dicen que es lindo. Linda una nena con cabellos de oro, lindo un perrito cachorrito que se cae en todas partes, lindo el atardecer en Bombay, ¿Pero un tipo que te rasca por ahí? NO.



Ésta es mi historia:


Corría el año cero, yo tenía 19 añitos. Era moza aún, o sea doncella inmaculada. Aún no debía preocuparme por menesteres abajeños. Al menos eso creía. ¿Alguna vez recibieron un correo que dice que nunca te pongas la ropa interior recién comprada sin lavarla antes? Yo lo recibí demasiado tarde. De hecho a esa edad ni siquiera sabía de la existencia de hotmail. Así que nadie me dijo que lavara mis calzones antes de usarlos. Tal vez esta medida suena exagerada, pero piensen un momento. Piensen en lo que yo no pensé al momento de estrenar ropita interior. A la de a huevo, en la sección de prendas femeninas, siempre está merodeando más de un pinche viejo panzón agarrando calzones. Entonces sus manos puercas tocan la prenda, y eso te puede ocasionar una infección. Y eso fue lo que me sucedió.

Mi madre me dijo: "conozco un doctor que está muy cerca de la casa, vamos con él"

Fuimos con él.

El doctor le pidió a mi madre retirarse porque me iba a hacer preguntas muy personales. Mi madre se tuvo que salir y yo me quedé sola con el viejo verrugoso.
Doctor: A ver, siéntate aquí - me dijo señalando la mesa de tortura de toda mujer. - mmm hay una pequeña infeccioncita pero se ve que no es por trasmisión sexual. Por cierto, ¿ qué edad tiene?

Yo: Diecinueve.

Doctor: ¿y ya ha tenido relaciones?

Yo: No.

Doctor: (con los ojos desorbitados) No, no no no, no puede ser¿¿¿ a ver???(asomándose) (haciendo voz del Resortes) Uyyyyyyy, una señorita, que caray. Esto no se ve todos los días.

No quiero relatar lo que sigue, porque lo que sigue no es ni remotamente cercano a lo que me hubiera gustado. Me hubiera gustado rajarle la madre a ese hijo de puta. Pero no lo hice.

Pensé que tal vez había tenido mala suerte con el doctor, que de seguro había otros más sensibles y humanos para estos asuntos. Pero durante años me negué a visitar a uno, hasta que cumplí una edad avanzada en la que ya tenía que hacerme revisiones. Una amiga me recomentó su doctor. Otro doctor lindísimo.

El doctor que mi amiga me recomendó era muy muy muy muy muy muy muy viejo y además cubano, era como ver al Sr. Burns doblado por Andy García.

Doctor: Antes que nada quiero preguntarte una cosa...( me dijo mientras me mostraba un aparato alienígena) ¿ Tienes novio?

Yo: Sí.

Doctor: ¿Y ustedes van bien?

Yo: Más o menos (se trataba de un ex con el que tuve infinidad de pedos)

Doctor: ¿Y supongo que tienen relaciones?

Yo: Sí

Doctor: ¿Y usan preservativo?

Yo: Sí


[Abro corchete] Hasta aquí la conversación con el doctor era esencialmente profesional. Sus preguntas estaban dentro de los cánones de la medicina. Y justo cuando creía que no habría malas experiencias pasó lo siguiente:

Doctor: ¿Y cuando tienes relaciones con tu novio, mojas rico? ¿Te hace mojar así rico mami? (lean esto con acento cubano, por favor)


Mi encabronamiento fue tal, que me levante de la mesa de tortura y le dije al pinche doctor: “Doctor es usted muy pinche”. Tambien le dije que no abusara de su posición para faltarme al respeto. Le dije que esa pregunta estaba fuera de lugar. Me largué con un pinche coraje entripado.

He de ser honesta y reconocer que no es exclusivo de los ginecólogos chingar la madre, también me he topado con doctores que te regañan por todo. También son cagantes los médicos que te revisan una tos y te la arman de pedo porque fumas.

Doctor: Claro, esa tos es porque fumas, te vas a morir pronto. El cigarro mata.

Paciente: Disculpe doctor, pero yo conozco mis toses, y sé que ésta no es del cigarro.

Doctor: Sí, es del cigarro, tienes los pulmones destrozados.

Paciente: ¿No necesitaría hacer una radiografía primero para llegar a esa conclusión?




En fin... Ir al doctor es un mal necesario. Finalmente encontré una doctora con la que me siento bien, pero aún así, esas visitas al ginecólogo me hacen desear que la reproducción humana fuera por bipartición.



La mitosis es más sencilla

lunes, 5 de octubre de 2009

Aquellas pequeñas cosas

Las cosas pequeñas tienen escrito en el alma ese gran letrero de "cuidado: frágil". Cuando estoy cargando a un bebe parece que llevo en las manos un explosivo de alto riesgo y que debe ser manejado con toda la precaución. No sé por qué, pero siempre me ha dado miedo cargar bebes. Miedo a que se me resbalen y los mate. Y es que los bebes entran en esa categoría de cosas chiquitas que exigen el cuidado de todos quienes componen su universo.

Mi sobrinita nació hace tres semanas y su llegada me recordó la emoción que sentí a los cinco años cuando nació mi hermanita, la madre de la bebé. Desde aquél entonces que no me había entusiasmado con la llegada de un bebé.

Ayer sostuve la cabeza de mi sobrina en mi mano. Me resultó increíble creer que hace veintiséis años vi a una nena igual de pequeñita por la que prometí al cielo (era la época en la que aún creía en dios) que la cuidaría siempre y la protegería de todo.

Es usual que los hermanos mayores sientan celos de la llegada de un nuevo hermano a la familia. Sin embargo, y no es por dármela de humilde, yo lejos de sentir celos por mi hermanita, sentí una inmensa felicidad y responsabilidad como hermana mayor de cuidarla y enseñarle cosas que mis padres no podrían. Ella lo entendió así, al grado que cuando cruzábamos la calle, mi hermana me daba la mano a mí en vez de a mi mamá, y no es porque mi madre fuera irresponsable, todo lo contrario, pero mi pequeña sabía que estaba ahí para ella.

Pero...

Cinco años de diferencia son muchos, y a la larga nos separamos. La misma hermanita que quería vestirse igual a mí, me llegó a desconocer y a criticarme a mis espaldas con sus amigos.

"Mi hermana está loca"- eso la oí decir un día a un novio que tenía en turno.

Durante muchos años me distancié de ella, dolida por cómo se expresaba de mí, pero viendo la realidad desde una perspectiva más calmada, la entiendo ahora. Yo era una chica depresiva y amargada que se la vivía encerrada en su recámara escuchando música clásica y creyéndome protagonista de una novela del siglo XIX. No sólo me distancié de mi hermana, sino del mundo entero. De pequeña prometí cuidarla y cuando me volví una adolescente inadaptada, la abandoné, ensimismándome en pedos que no existían.


Ahora mi hermana tuvo a una bebé hermosa, tan hermosa como era ella cuando la vi nacer. Me recordó lo mucho que la había disfrutado y que esa promesa de cuidarla sigue viva en mi corazón.

¿Mi hermana sigue pensando que estoy loca? Sí, pero nos reímos juntas de ello.

Si ella me dio la espalda hace tiempo fue porque yo se la di primero, al abandonar nuestros juegos, al aburrirme con su compañía y preferir estar con los mayores. Pero sobre todo, ella me resintió por aquel día en Veracruz en que ella estaba muy pequeña y confiaba en nosotros, pero sobre todo, ella confiaba que estando cerca de mí nada le pasaría.
¿Y qué pasó?
Yo me puse a jugar pendejadas con una amiga que me había acompañado al viaje. Mis papás se quedaron platicando con los papás de mi amiga y mi hermano estaba jugando con las olas, ¿y mi pequeña? La dejamos sola, nadie la vio desparecer. Cuando nos dimos cuenta que no estaba, pensé mil cosas, que el mar se la había tragado, que la habían robado (era tan bonita que de seguro una familia se la llevó). Al cabo de unos treinta minutos ella apareció llorando. Había tenido hambre y como nadie de nosotros la peló se fue sola a la palapa donde habíamos estado comiendo y de regreso se perdió.

A partir de ese día, mi hermana ya no me daba la mano al cruzar la calle. Ustedes dirán que ella era responsabilidad de mis padres, pero yo había jurado a lado de su cunita que siempre la cuidaría y no lo hice.

En la adolescencia cinco años son muchos, pero ya en la adultez, la distancia que me separaba de mi hermana se ha ido reduciendo poco a poco. Sin embargo ayer la recordé pequeña, con su cabello chinito y su mirada buscándome en los recreos de la escuela.

Como ya se habrán dado cuenta ando muy sentimental por el nacimiento de mi sobrina. Yo era la primera en burlarme de frases como "un bebé es la alegría de la casa". Se me hacía digno de ñoras -bebe- café de Sanborns, Pero esta pequeñita me hizo recordar que las promesas de una niña de cinco años, son más fuertes y resistentes que el mero lazo sanguíneo.

lunes, 21 de septiembre de 2009

Éste es un post que tenía preparado hace meses, pero se me olvidó publicarlo

Lo que se aprende con el alma nunca se olvida. Tal vez se duerma en un rincón del cerebro y camine medio sonámbulo por los recuerdos, pero jamás se borrará. ¿A qué me refiero con todo este pensamiento que expongo de manera muy mamona? Amados seguidores, esta narración va dedicada a los libros.

A la noble edad de veinte años decidí que debía estudiar Letras, pues amaba la lectura y al escribir mis poemitas, cuentitos, novelitas, probaba el inexplicable sabor de la trascendencia. Sentía en el corazón un calor certero de qué podría hacer algo dentro del universo de la Literatura (sé que “literatura” no va con mayúscula, pero eso a mí me vale madre).

Desde que empecé la carrera, mi modo de lectura cambió casi por completo. Los trabajos en todas las materias consistían en hacer ensayos a diestra y siniestra, con un análisis totalmente crítico. Ahí aprendí a leer con lápiz….”¡Ah chingá!”- ustedes dirán –“¿Cómo coño se lee con lápiz?”- pues leer con lápiz significa subrayar el libro y hacer anotaciones en la orillita para tener un soporte a la hora de hacer un análisis posterior.


Pues bien… hace poco tomé tres días de vacaciones, contaba con mucho tiempo libre que aproveché en fumar como chacuaca y leer un buen libro. Tenía ganas de leer algo de mi siglo favorito, el siglo XIX. Soy una romántica; pero no una romántica como la gordita de Carrusel. Las telenovelas y revistas de moda han desvirtuado el concepto de romanticismo con mamadas como:”Prende unas velas rojas y ponte un baby doll negro, para que él vuelva contigo”…en fin, eso es harina de otro costal y ya me estoy desviando de lo que quiero contarles.


En esta ocasión, mi lectura elegida fue “El puente de los suspiros” de Michel Zévaco. Sabía que no me quedaría mal, pues de él leí Los Pardaillan y me mamé los 9 tomos disfrutando cada uno de ellos.


Abrí el libro brincándome el prefacio y clavándome directo en la novela. Después, prendí un cigarro sintiendo el calor de la flama en mi frente “¡Ya me chingé el fleco!”-pensé, pero no, todo estaba en orden. Había cogido antes un lápiz, pero algo mágico sucedió: NO lo usé. Estaba disfrutando la lectura como hacía mucho no me pasaba. Mandé el lápiz a la chingada y gocé el texto. Terminé el libro con una gran satisfacción pero también con una frustración enorme, pues resulta que si hubiera leído el prefacio, me habría enterado que “El puente de los suspiros” tiene una segunda parte llamada “Los amantes de Venecia”, así que me quedé con ganas de saber en qué acaba la historia. No hay pedo, iré el próximo fin a buscarlo en la Gandhi.




¿Qué fue lo que pasó en mí?


Me liberé de ataduras que no tenían sentido. Me di cuenta que era muy absurdo leer con un lápiz y hacer anotaciones en la orillita. ¿Para qué? No me titulé por pedos económicos, dejé la carrera para empezar a trabajar de lo que fuera, porque en casa hacía falta la lana. No tiene caso tener lealtades con aquella escuela, si ya no estoy ahí. Leí la novela como cuando era niña y me quedaba despierta toda la noche porque encontraba fascinante la historia.

Por primera vez, desde hacía diez años, volví a disfrutar un libro plenamente. No me interesó hacer análisis hermenéuticos o estructuralistas para ver si el libro tenía valor. …¡Por mis ovarios que tiene valor! No hay maestros vigilándome. No hay ensayos que entregar, sólo estamos la novela y yo. Es la entraña la que me dicta si es digna de leerse. Y sí, “El puente de los suspiros” vale toda la pena.


Al terminar la novela de Michel Zévaco, decidí probar que este regreso a la lectura fuera total y absoluto, así que me lancé a la librería más cercana para adquirir nuevas novelas. Mi librería más cercana era Sanborns de Pabellón Polanco…-“No hay pedo”- pensé - “Ahí luego hay cosas chidas”. Elegí “El observatorio”, una novela recomendada ni más ni menos que por Stephen King. Para no errarle tomé también otras dos ganadoras del premio Nobel. Y ¿qué creen? Por haber comprado tres libros, tenía derecho a llevarme uno gratis…"EEEEEEEEEEEEEEEEE"-gritó mi alma, y mi boca también.


Aguanta”- me dijo el que me despachó- “El libro al que tienes derecho es uno que vale diez pesos. Deja te lo traigo.”

El muchacho regresó con un libro de superación personal ultra-mega-súper pedorrísimo, pero pues era gratis.
Ya una vez en casa, le mostré a mi hombre mis nuevas adquisiciones literarias: “El observatorio” (recomendado por S.King), Las abuelas (de la ganadora del Nobel, Doris Lessing, y “Nieve” (de Orham Pamuk-otro ganador del Nóbel) y mi libro gratis “Superación de bla bla bla” (no quise poner atención al título). Dentro de los autores de éste último estaba Mariano es muy Mariano, entonces dije: “Este libro no vale ni los diez pesos”. Pero bueno, si algún día regresa la inquisición y tengo que asistir a una quema de libros, ya sé cuál será el elegido.






¿A qué debo este retorno a disfrutar la lectura sin lápiz?

Se lo debo a los Comics.

Ríanse…. ¡Búrlense de mí!, pero gracias a novelas graficas como Preacher y Trigun, “en serio” volví a disfrutar la literatura sin tomarme muy “en serio” lo que leía. Es decir, si estás frente a un comic, te das cuenta inmediatamente que tiene dibujitos, y en algunos casos, esos “dibujitos” son una verdadera obra de arte. Entonces no esperas encontrar una obra literaria compleja como la Divina Comedia o Don Quijote de la Mancha que tienen ocho niveles de lectura (y también tienen dibujitos). Cuando vas a leer un comic, te relajas y sencillamente lo disfrutas. No tomas un lápiz para hacer anotaciones de figuras literarias. Sencillamente lo lees, lo admiras y san se acabó. Curiosamente, sin el lápiz, pude darme cuenta de que las historias son complejas, con personajes redondos, noté el valor de la analepsis (Flash back) en el comic, todo eso sin necesidad del grafito.

Cuando estudiaba Letras recuerdo que a los profesores les gustaba ahondar en las diferencias entre el “gusto impresionista “ y el “gusto académico” …mamón el concepto ¿no?- Insisto, ya no estoy en esa escuela, no hay más ensayos que entregar, y mi gusto por los libros, no es un gusto impresionista o académico, es únicamente el gusto por la vida.

jueves, 10 de septiembre de 2009

Lo que el agua se llevó

Las noticias son efímeras y volátiles si sólo se las ve en el periódico o en la televisión. Tal vez se deba a que no movemos un dedo hasta que el agua nos llega a los aparejos. No me considero insensible ante la desgracia ajena, pero tampoco me clavo en pedos que no existen en mi universo. Y es que eso son las noticias, pedos en el universo de "otros". ¿Pero qué pasa cuando nos enteramos de algo no a través de la tele o un periódico virtual, sino por propia experiencia?

Tenía la intención de relatar lo que me sucedió con un poco de ironía.

Mis padres viven en Satélite, yo había ido a visitarlos este domingo ,cuando una tormenta me impidió salir de la casa. Un par de rayos cayeron en la calle disparando un sinnúmero de alarmas. Aún así, una necedad ciega me hizo salir de casa de mis padres para ir a mi casa. Aunque salí a la calle con paraguas, mi ropa y cabello se empaparon en cuestión de segundos. Una vez dentro del coche me di cuenta que no arrancaba "Maldición" pensé - "Dejé las pinches luces prendidas". Llamé a un sitio de taxis donde me contestó un hombre con una voz muy seria :"Señorita, está todo inundado, no tenemos servicio ahorita...tal vez mañana".

Al ver que marcharme de casa de mis padres sería una locura, decidí quedarme a dormir con ellos y tempranito irme a la casa para bañarme y lanzarme a la oficina. En este post quería hablar sobre mi estupidez, que me había costado un resfriado, y decir un chiste como:"Querían agua, ahí les va."

Tenía toda la intención de hacer un post semi-gracioso.

Pero no sólo fui testigo de la lluvia monzónica prehistórica que azotó parte de Satélite, no sólo sentí la fuerza del agua arrastrando mis pies y empapándome hasta los calzones, a pesar de llevar paraguas. Esta noticia que podría haber sido efímera y volátil, como ahora que ya no aparece en los periódicos, ahora que dejó de ser "importante" gracias a un pastorcito lunático y sus bombas Mi Alegría, sigue formando parte de mi universo.

El lunes conversé con una gran amiga del trabajo, quien vive en la zona de Valledorado. Ambas hablábamos de como ninguna de las dos pudo llegar a su casa a causa de la puta pinche perra lluvia.

Mi amiga me decía que por su casa el agua llegaba a los dos metros y que no pudo llegar y por eso decidió quedarse a dormir con una amiga, yo le relaté mi estupidez de dejar las luces prendidas y que gracias a esa pendejada mía me salvé de quedarme atrapada en Periférico. Esta historia tenía matices de ser noticia con tan solo un día de vigencia.

Ella me contó que como no servían las líneas telefónicas no había podido llamar a su familia para preguntarles cómo estaban "Mira, lo peor que pudo haber pasado es que se haya inundado la sala y hayan valido madres todos los muebles"- me dijo muy segura de sí misma.

Debido a la incertidumbre, mi amiga decidió dejar la chamba temprano para ir a su casa y ver el reporte de daños. "Te hablo cuando llegue y te cuento". Ella se retiró del trabajo a las 4 pm y ya habían dado las 6pm y ella no se reportaba conmigo, así que decidí hablarle.


Entre sollozos y lamentos alcancé a entender que su abuelo había muerto en la inundación. Una muerte ojete y mierda. Mi amiga estaba (está) destrozada, me temo que este evento la vaya a cambiar. Ante esta tragedia no supe qué decir, yo acostumbrada a decir puras palabras sin sentido, me quedé muda y me limité a escucharla. Sólo abrí la boca para decir "Qué poca madre, ¿por qué pasa esto? Puta lluvia de mierda"

Hay algo en mi ADN que me hace estremecer cuando llueve fuerte. Siento un peligro inminente aunque esté "segura". He llegado a creer que tengo en mi información genética algo de la prehistoria, de los hombres de las cavernas, para quienes una lluvia monzónica representaba perderlo casi todo.

La lluvia de este domingo, ocurrida un millón de años después de las cavernas, representó perderlo todo para alguien muy cercano a mí. Y es que si nos ponemos a pensar detenidamente, ya ni en tu casa puedes estar seguro, esas paredes que delimitan tu hogar, se pueden convertir en el lecho de una muerte espantosa. No quiero decir que vivamos en eterna paranoia pensando que a cada segundo "puede" pasar algo malo, créanme, así vivía yo hasta hace poco, y eso no es vida.

Mi amiga lo perdió todo, los muebles, los aparatos eléctricos, el piso, todo valió madres, y lo que es irremplazable, la vida de su abuelo. Su abuelo que murió en su habitación entre aguas negras. Intentaron abrir la puerta de su recámara pero el agua había hinchado la madera y no pudo salir.

Ahora supongo que podrán entender porqué no pude hacer un post chistoso.

Me hubiera gustado burlarme de mí en este post, de mi empapada por empeñarme en salir al coche y de regreso empeñarme en rescatar a mi gata. No iba a dejar a la Merit (mi gata) a su suerte. La minina estaba refugiada debajo de un coche. Tuve que sacarla, me embarré de cochambre. Durante toda la semana no ha habido un día en el que no haya tosido, estornudado o moqueado. Quería burlarme de mi gripa, pero la voz quebrada de mi amiga, su pena y luto hicieron un huequito en mi corazón, lo suficientemente grande para que esta noticia no sea efímera y siga teniendo valor, a pesar del secuestro con latas Júmex y el desmadre de los impuestos.

jueves, 3 de septiembre de 2009

En busca del “look” perdido

A veces (sólo a veces) me da por meditar pendejadas. Sé que podría emplear mi experiencia y raciocinio en elucubrar sobre temas importantes como la extrema pobreza que vive el país, pero en vez de ello, decidí darle toda mi energía a pensar en las atrocidades que las mujeres le hacemos a nuestro cuerpo.

Dicen por ahí que la naturaleza no se equivoca, que si tu cadena de ADN te hizo bajita o híper alta, no es un error, es simplemente información en aminoácidos. Si no naciste rubia o morena, ¿para qué empeñarse en cambiar lo que tenemos de fábrica?


Ser natural al 100% es todo un reto, y más cuando ya estás en la década de los treintas y llevas más de 15 años tiñéndote el pelo. En serio, desde los 16 que no he visto mi color de pelo natural. Como soy muy blanca, pecosa y mis ojos cafés tienen un tono rojizo, decidí realzar mi cara pintándome el cabello pelirrojo en tonos varios. A pesar de que me decían constantemente que parecía pelirroja natural, yo les decía que mi pelo era teñido. Y cada veinte días, una raíz oscura se asomaba sobre mi cráneo.

Este fin de semana decidí ponerle fin a mi etapa de pelirroja y volver a la chica (ya no tan chica) de cabello cenizo, así que me lancé al súper y busqué el tono más parecido con mi cabello y me lo teñí rubio oscuro cenizo. No quedó exactamente igual a mi tono natural, pero se va acercando, y poco a poco dejaré crecer mi raíz e igualaré la parte teñida con mi tono natural.

¿A qué se debe este cambio repentino de postura?

A que ya estoy lo que se dice HASTA la madre de que me vea desarreglada si tengo las raíces un tanto crecidas, de estar cada veinte días retocándome el pelo del coco para no verme fachosa y descuidada. Hasta la madre de perder brillo y sedosidad y tener los pelos de púas y las puntas como esponja saca espinillas.

Me topé con una foto mía de la secundaria, y en verdad, en verdad, en verdad os digo que mi cabello natural estaba poca madre. Y al verme joven e inocente me hice la siguiente pregunta: ¿Por qué le di tan en la madre a mi pobre pelo?

Porque estaba en la edad de la punzada, porque mi pelo cenizo me dio hueva y quise cambiar la imagen en el espejo. Imagen que me gustaría volver a ver, aunque sea una sola vez, sin embargo sé que eso ya no es posible, aún logrando recuperar mi cabello, mi expresión, mi piel, ya no son lo mismo.


Es aquí donde medité en otro tema más sensible: Hacerme chingaderas en la cara.

Hace algunos post relaté de mi fallido intento de hacerme una mascarilla de azúcar con limón. Mas, eso no fue lo peor que le he hecho a mi piel.

Existe un viejo dicho que de seguro muchos habrán escuchado: “Si no está roto no lo arregles” y yo aprendí esta moraleja de una manera muy tajante.

Tuve la luminosa idea de hacerme un facial, pero en vez de ir con un dermatólogo calificado, confié mi rostro a una cosmetóloga a la que no le llegaba el agua al tinaco. En serio, me consta que esta tipa era una verdadera imbécil, porque el año que tomé sabático, antes de entrar a la universidad, me metí a estudiar Desarrollo Humano junto con mi madre. La cosmetóloga, llamada Emilia (sí, diré su nombre para boicotear a la muy puta) era compañera nuestra y en clase destacaba por ser la más negada a todo lo que significaba adquirir conocimiento nuevo, en pocas palabras, no entendía la O por lo redondo. A ella dejé mi cara.

La “limpieza” que le hizo a mi rostro me ocasionó un desorden de acné a los 22 años que NUNCA tuve en mi adolescencia. No voy a mentir diciendo que tenía el cutis perfecto, tenía las espinillas que todo el mundo tiene, pero nada alarmante, y esta tipa me puso mierda y media en mi jeta hasta que la hizo propensa a un acné terrible. A la cuarta sesión (cuando fui a mentarle la madre) la mujer se deslindó de toda responsabilidad diciendo que debía ir con un dermatólogo

“¿En seriooo? ¿¿¿No me digas????”

Eso hice, fui con una dermatóloga para darle fin a mi problema.

Maruchi: Doctora, no quiero pecar de vanidosa, pero yo era muy linda y ahora soy un monstruo, ayúdeme a regresar a mi forma original.




Doctora: Estás exagerando un poco. Tu acné no es severo, se te quitará fácilmente con un tratamiento sencillo.



Maruchi: (Besándole la mano) Gracias, Gracias.






PERO…….


El primer tratamiento de la doctora, falló. A pesar del medicamento y las cremitas especiales, los putos barros no desaparecían. Me hacía mascarillas de Benzamicin y pura madre. No entendía qué estaba pasando, por qué a mis 22 tenía que vivir algo que no sufrí en la adolescencia. PUTOS BARROS.

Entonces le pedí a la doctora que usara en mí la artillería pesada. Fue así como conocí Roaccutane, San Roaccutane lo llamó yo, un tratamiento que la doctora calificó muy exagerado en mi caso, ya que mi acné no era deformante, sólo era latoso, pero a mí me valió madre, le pedí que me lo recetara. La doctora trató de advertirme sobre los efectos secundarios del Roaccutane:



-No puedes embarazarte hasta dentro de cinco años después de usarlo porque causa mutaciones genéticas en el embrión, aún después de haberlo suspendido.



-Se ha comprobado que el medicamento causa desórdenes en la vista. Al tercer mes de tratamiento, mi miopía de .025 creció a 1.50 en cada ojo y ahora ando casi en las 3 dioptrías en cada ojo.



-Como el Roaccutane actúa sobre las glándulas sebáceas se te seca TODO el cuerpo y al decir Todo el cuerpo, me refiero a TODO. No hay una parte de ti que se escape a la terrible resequedad. Sólo les diré que empiezas a incluir fibra en tu dieta, porque hacer del “dos” se convierte en un reto. También se me secó la boca, comer elote con chile quedo vetado por un rato, la nariz se me deshidrató, me ardía respirar, pero estaba dispuesta a pagar el precio con tal de tener una piel aceptable otra vez.



Muchos conocidos míos calificaronde exagerado el tratamiento con roaccutane , pues este tipo de medicamento se usa sólo en casos como éste:




Pero mi insistencia y lágrimas convencieron a la doctora de que me lo recetara.



Después de ocho meses de tratamiento, mi cara volvió a la normalidad. Sin embargo, para darle cierre final a este capítulo tenía que hacerme una mocrodermoabrasión para dejar la piel más uniforme. Reconozco que me dio culo hacerme más chingaderas en la cara, pero ahora que estoy recobrando mi lado original, planeo en las próximas vacaciones ir con un cirujano plástico a que me haga un peeling profesional. ¿Conocen alguno bueno?

¿Me paso de vanidosa?
Tal vez.


¿Me importa lo que piensen de mis actos?
Por supuesto que no.


Como una especie de epifanía, este fin de semana se me reveló que la naturaleza no se equivoca. Me sentí como neoclásico del siglo XVIII, viendo en la naturaleza una perfecta y matemática armonía. Durante quince años, negué mi cabello original, el cual ahora añoro con el alma, y durante nueve no he ido a reponer mi cara al 100%. Pero eso se acabó, estoy en busca de mi superficie más auténtica.

PD. Dentro de este plan de recobrar mi look original, está la difícil tarea de no depilarme más las cejas. No las tengo de Frida ni soy uniceja, pero mis cejas son mucho más pobladas de lo que las dejo crecer.



lunes, 24 de agosto de 2009

La regué

Hace cosa de una semana me llegó un correo de Blogs de México invitándome a unirme a su grupo. Me sentí emocionada de que alguien considerara este blog interesante, aunque sea uno, no importa, me conformo... ¡péguenme pero no me dejen!

...me exalté un poco.

Lo único que tenía que hacer era suscribirme a la página llenando una serie de datos.
Nombre: Maruchi.
Apellido:Coco.
Edad: old enough.

Ya, fuera de guasa, me dediqué a llenar los datos requeridos para que mi incipiente blog (ya me tiré mucho al suelo. No lo vuelvo a hacer) tuviera registro virtual en una página de ..dahhhh...blogs.

¿Y qué fue lo que hice?

LA CAGUÉ

Así es, la cagué en el dato más importante y no me di cuenta hasta que me llegó un correo de Blogs de México diciéndome: "Felicidades, tu blog: Marucho Coco se registró con éxito"....¿¿¿¿MARUCHOOOOOOO????

Sí, la imbécil de mí escribió mal el nombre del blog. Ahora, nadie me encontrará.
A menos que cometan el mismo error tipográfico que su servilleta, no veo que den con él.

Sin embargo, este error me hizo recapacitar y recordar cuando no era nadie y nadie se metía a leer mi blog...esperen .. todavía soy "nadien" y "nadien" se mete a leer mi Blog (rompí mi promesa de no tirarme al suelo, lo siento). A lo que voy con todo este desmadre verbal es que recordé la razón por la que realmente me animé a abrir este espacio. Y la razón era muy sencilla: "Disfrutar de mis pendejadas y hacer que otros las puedan disfrutar". No pido más.

Así que les invito a seguir leyendo mis pendejadas en este su espacio Maruchi (a veces Marucho) Coco.

martes, 18 de agosto de 2009

Yo sobreviví a la masacre del Sancho

Dicen por ahí que las emociones contenidas hacen daño y es necesario expulsarlas. Desde que abrí este espacio-blog, no he hecho más que escribir pura nimiedad; anécdotas insulsas y peripecias intranscendentes. Pero ahora, que sí me pasó algo importante, decidí callármelo por más de dos semanas.

Honestamente estaba esperando a que El Autor o TURBOPOP tomaran la iniciativa, ya que ellos también forman parte de esta anécdota, pero en vista de que ambos se hacen los desentendidos, me veo forzada a ser yo quien relate el suceso.

Era un viernes de quincena, y la tarde pintaba tranquila, a pesar de bullicio y el tráfico. TURBOPOP estaba con amigos de su chamba, en una cantina, celebrando la fiesta de despedida de uno de sus compañeros. TURBOPOP llamó a El Autor para que se uniera al desmadre, y El Autor me llamó a mí.

La cantina se prestaba para ahondar en temas filosóficos y metafísicos.

Inspirados en los borrachos y el grupito musical en vivo, surgió la siguiente conversación:

TURBOPOP: El viaje en el tiempo es una gran tontería, es absurdo. Deberían de dejar ese tema por la paz. No tiene sentido viajar al pasado para evitar un evento, porque si lo evitas, entonces ese viaje al pasado carece de sentido porque ya no habrá nada que evitar.




Maruchi: Viajar al pasado tendría sus consecuencias, y no hablo de las repercusiones en un nuevo futuro. Por ejemplo, imagina que yo por pura pinche curiosidad quiero viajar a la Europa medieval, si lo logro, lo más probable es que no sobreviva en ese lapso, ya que sería calificada como bruja por mis conocimientos del futuro o me vería atacada por la peste negra.

Grupo musical: “Te voy a hacer tus calzones… como los usa el ranchero"





TURBOPOP: Además, el viaje en el tiempo sería incontrolable, ¿cómo sabrías que vertiente tomar para viajar al pasado o futuro que deseas?



Maruchi: ¡Exacto! Tal vez nosotros llamamos tiempo a una continuidad, pero ¿qué tal si esa continuidad pertenece a algo más complejo que no alcanzamos a comprender?
El Autor: No digan mamadas.

Grupo musical: …”te los comienzo de lana… te los acabo….”

Voz extraña que nos interrumpió: “Órale hijos de su pinche madre, saquen todo lo que traigan.”




Volteé para ver de dónde salía esa voz extraña y descubrí que provenía de un tipo ñero que nos apuntaba con una pistola de Robocop. Mi instinto me dijo que estaban asaltando el restaurante.

“¡Al suelo!” – gritó otra voz.

Inmediatamente después, nos refugiamos debajo de la mesa. Éramos nueve cabrones hechos bolita y ocupando mucho espacio, al grado de que TURBOPOP no alcanzó lugar debajo de la mesa para poder refugiarse. Aprovechando que se había quedado fuera, le pedí a TURBOPOP que subiera mi bolsa a la mesa, para que los rateros no tuvieran que hacer contacto visual con nosotros, pero justo cuando la iba a subir, comenzó una balacera marca ACME. Cada que sonaba un plomazo, se me erizaban los pelos de la nuca. Fueron un chingo, no cesaban. De pronto, veo a un charco de sangre acercarse a mis pies debajo de la mesa.
Pensé que algún asaltante le había dado a alguno de nosotros.



“Ya, ya, ya, ya estuvo”- imploraba una voz.



“Es uno de los nuestros”- pensé.



TURBOPOP no cesaba de decir: Fuuuuck, fuuuuuck, fuuuuck, ¿por qué está pasando esto?





El Autor no cesaba de callar a TURBOPOP





Yo no cesaba de callar a El Autor porque éste callaba a TURBOPOP.




Otra serie de disparos dominó la atmósfera. “Estamos perdidos”- creo que eso fue lo que sentimos todos los que estábamos en el restaurante. Sin embargo, una vez terminados los disparos una voz dijo: “Llamen a una ambulancia, somos la policía.”

¿La policía? WTF

Así es, resulta que unos judiciales, de pura chiripa, estaban en la cantina cuando sucedió el asalto. Ellos fueron quienes gritaron: “al suelo”, porque no querían comensales lesionados. Mataron a un asaltante y otros dos los hirieron de gravedad. Uno de los rateros disparó al gerente en la mano y a un comensal en la frente ( No lo mató, sólo le rozó la bala).



Cuando salimos de nuestro refugio nos dimos cuenta de que la sangre que rodeaba nuestra mesa, pertenecía a dos de los asaltantes. Un alivio indescriptible recorrió mi alma, pues me di cuenta que ninguno de nosotros había salido herido como yo creía. Sin embargo una duda comenzó a inquietarme: “¿Cómo es que los rateros cayeron en frente de nuestra mesa?”

El Author: Lo que pasa es que los judas estaban atrás de nosotros y estos rateros en frente, en pocas palabras, nuestra mesa fue la línea de fuego…(elevando la mano)¡La justicia triunfó!

Maruchi: FUUUUUCK… con razón sentí los plomazos tan cerquita.

El Author: Ni me digas, yo los sentí en el hoyo.

Todos los comensales ahí presentes nos pasamos la ley antitabaco por los huevos. Después de lo que acabábamos de presenciar, todos, todos, todos necesitábamos un cigarro. Además, por cuestiones de peritaje, el ministerio público no nos dejaba salir del changarro.



Después del quinto cigarro, me encontraba más tranquila, tanto que pude ayudar a una señora a calmarse. La pobre mujer estaba apunto del shock.



Maruchi: Respira profundo





Señora: Bua …es que…bbbbbb….yo vvvvvviiii la pistola….ayyyyyy. Además, ayer también estuve apunto de perder la vida.



Maruchi: ¿En serio? ¡Vaya! Lo que es tener mala suerte. ¿Qué fue lo que le pasó?


Señora: Ayer a la hora de la comida me estaba ahogando con un cachito de chicharrón.

Maruchi: Señora…. No mame. (Era todo lo que podía decir)







Un comandante ordenó que todos nos sentáramos en las mesas tal y como estábamos antes del atraco. Ahí nos tienen, a Turbopop, a El Autor y a mí tratando de sentarnos en nuestra mesa, la cual estaba acordonada con cinta amarilla y rodeada por seis metros de sangre. Aún así, nos valió madre y nos sentamos, hasta ordenamos unas bebidas que iban a cuenta de la casa.

Llegó la hora de sacar del restaurante a los malandrines heridos. No sé si se murieron en urgencias o si sí la contaron. Pero si no la libraron, las últimas palabras que escucharon antes de morir fueron: “Mátenlos… malditos… hijos de puta”



“Consíguete un trabajo de verdad, hijo de puta” - Blasfemó Turbopop



“Déjenme partirle su madre” Agregó un amigo de Turbopop



“No mames, estuvo de huevos.”- comentó El Autor- “Sobrevivimos...la contamos”

Poco después entraron los judiciales. Les juro que nunca en la vida había aplaudido tan fuerte, ni siquiera cuando fui a ver El Hombre de la Mancha. Todos los ahí presentes no nos hartamos de aplaudirle a los judas. Eran nuestros héroes. Nos salvaron la vida. Aún así, el impacto de ver a un güey muerto y otros dos desangrándose a lado de nuestra mesa, fue bastante duro. Aunque fuera sangre derramada con justicia, pues, es mole.







¿Era la primera vez que viví un asalto?



No.



Hace más de un año me toco un secuestro Express en un pinche taxi pirata. Tal vez por eso pude mantener la sangre fría durante el intento de atraco al restaurante, eso y por los medicamentos psiquiátricos que me mantienen ecuánime.



Lo que sí me quedó claro es que cuando vuelva a ver una película de balazos y sangre, voy a saber que tan real se ve la sangre y que tan auténticos se escuchan los plomazos. Hasta ahora el que se lleva el primer lugar es, inevitablemente, Tarantino.



Un par de notas aclaratorias:



1. No publiqué fotos del atentado por que son de muy mal gusto, pero si les interesa echar un vistazo aquí está la noticia en el Universal http://www.el-universal.com.mx/notas/616263.html y una galeríad e fotos http://www.facebook.com/l.php?u=http%3A%2F%2Ffotos.eluniversal.com.mx%2Fcoleccion%2Fmuestra_fotogaleria.html%3Fidgal%3D7112&h=797be0ac25c2ae3f84dca771140c1459



2. Al igual que todos ustedes, hubiera deseado que este post lo redactara El Autor, pero nos tendremos que conformar con mi pobre estilo literario.








Chamacos Aguas con los viernes de quincena. Mejor es armar el reven en casita.

viernes, 14 de agosto de 2009

10 - La mujer perfecta

No soy feminista. Soy más bien humanista y creo en la igualdad de toda la raza. Pero ser mujer en la actualidad está más cabrón que cuando

Hace como un año recibí un mail cadena, que como pocos, era bastante bueno. Trataba de la protesta de una mujer en contra de las posturas del feminismo. Decía que nuestras abuelas la tuvieron más fácil porque sólo se dedicaron al hogar y no tenían que levantarse a las seis de la pinche mañana para ir al trabajo.

Otra ventaja que tenían nuestras abuelitas era que en su época estaba permitido echarse unos kilitos encima, pues el paradigma de belleza era una mujer chonchita con curvas. Así que no se traumaban por que apenas se les asomaba dos centímetros de lonja. Ahora, la moda es ir a comprar un vestido y esperar a que se te vea como al gancho, sin volumen y sin chichis ni nalgas. Yo honestamente protesto contra esto. Durante diez años fui un palillo, mido 1.76cm y en aquel entonces pesaba apenas 50k. Ahora peso diez kilos más, y me siento más a gusto con mi cuerpo; sin embargo, no faltan los comentarios de “Estás echando lonja”.

Las mujeres luchamos por ser tratadas igual que los hombres, insistimos hasta que nos permitieran ocupar puestos importantes en las empresas. Hasta hay revistas de “La mujer emprendedora”. Ahora, como lo comenté, tenemos que levantarnos temprano. ¿Desayunar huevitos con tu pan tostado? Ni madres, no te da tiempo más que para tomarte un café del Seven y a veces ni eso, porque no falta la cajera lenta o el cliente que está antes de ti y quiere pagar unos chicles con tarjeta.

Llegas a la oficina y empieza la chinga. ¿Pediste ser tratada como los hombres? ¿Pediste tener las mismas oportunidades? Pues lo justo es acatar con las mismas obligaciones...

PERO…

...sales del trabajo para llegar a tu casa con la intención de descansar. Estás tan exhausta que te quitas la ropa y la dejas en el piso porque no tienes la fuerza ni las ganas de guardarla en un gancho. Conforme pasan los días, un ente de ropa amorfo se empieza a gestar en tu recámara y en la sala. También los platos sucios se multiplican como por arte de magia y el baño se llena de sarro. Si no hay “doméstica” en la casa, ¿en quién deben recaer estas labores?, pues en la mujer de la casa. Pero ¿qué pasa si no las ejecutas? te conviertes en una fondonga.

Mi casa está hecha un vil desmadre, particularmente estas dos últimas semanas han sido complicadas, primero porque el viernes de quincena pasado, nos tocó ser víctimas de un atraco en un restaurante de Polanco. (Luego postearé algo que narre a detalle el robo) Hubo sangre y muertos, y a pesar de que logré mantener los nervios de acero, pues sí me afectó al grado de que he estado muy apática estos días. Por otro lado, el depa se inundó por segunda vez. Pero no crean que se trataba de un charquito, nooooooo. El agua caía como cascada desde el balcón. Sacar el agua fue un desmadre. Mi novio y yo nos fuimos a acostar hasta las 2 de la mañana.

Los entes de ropa que tengo regados por toda la casa han cobrado conciencia y me la hacen de pedo: “Hey Maruchi, no seas huevona, ya levanta tu pinche desmadre” a lo que yo les contesto: “¡Callaos !Si me Seguís jodiendo, os regalaré a los pobres”. Estoy cansada, todos los días llegó agotada a la casa, pero hoy me leyeron la cartilla. Hoy me echaron en cara que no tengo la casa como “debería”.

En resumen, la mujer actual debe ser económicamente independiente, si no trabajas te dicen mantenida. El marido te pichicatea el gasto y te dice que no gastes dinero en zapatos. Pero si eres mujer chambeadora, te gastas tu dinero en lo que te da la gana, además de apoyar con los gastos de la casa. Si no puedes pagar una doméstica, debes ser responsable del orden de la casa o al menos no hacer tanto desmadre. Y por último, para seguir sendo visualmente funcional debes de mantener una figura aceptable.

Hoy haré el “quihacer” a conciencia. Dejaré el depa rechinando de limpio. Pero después contrataré a una muchacha que me eche la mano, aunque sea que vaya un par de veces por semana, porque si yo no trabajara y tuviera TODO el tiempo disponible para hacerme cargo de la casa, la tendría al centavo, pero la situación económica actual nos exige que las mujeres también seamos proveedoras.

¿Alguien me puede recomendar una muchacha que sea honrada y eficiente?




jueves, 30 de julio de 2009

Chispas de juventud


Tener ideas “luminosas” puede ser muy peligroso. Contar con el tiempo para concebir dichas ideas, también es un factor de riesgo. No hay nada más aventurado que tener un momento libre y estar en soledad, sin un tercero que te diga :“¡Espera! Esa idea que tienes no es buena”. Por alguna razón, nuestro sensor interno de alarma se apaga y nuestra idea luminosa es llevada a cabo.


Una tarde, hace muchos años, estaba en la que era mi recámara en casa de mis papás. Miraba el tirol del techo y encontraba figuritas. De alguna manera, mi pensamiento se escapó de mi control y entonces concebí lo siguiente:

“Me gustaría quitarme las pecas. No es que no me gusten pero…pinches pecas, son muchas, ¿cómo podré quitarlas?”- [hago la aclaración que en esa época no estaban de moda las cremitas blanqueadoras que hay ahora]- “Recuerdo que una vez mi tía abuela dijo que de joven se cuidaba la piel con limón, que el limón era buenísimo para granos, manchas,…entonces, debe serlo también para remover las pecas…mmmm…ahora que lo pienso mi mamá se arregla las manos con limón y azúcar….”- Aquí fue cuando se derrumbó todo: “¡¡¡Ya sé!!!! Me haré unas mascarilla de azúcar con limón”


Ustedes se preguntarán: ¿Acaso una mascarilla de limón y azúcar es nociva? Pues en teoría no, pero en la práctica…ohhh yeaaah, muy peligrosa. Hubo una época en que a mi madre le dio por comprar azúcar de remolacha. Eran unos granos gordotes de color café. No había rastros de azúcar blanca refinada, así que usé la pinche remolacha y en seguida fui al refri para buscar limones - "¿Cuántos le pondré? "–me pregunté a mí misma- “Dos es muy poquito…ya sé… siete, al fin que es número de la suerte”.

No me pregunten por qué, pero una vez que embarré mi desmadré en la cara, tuve otra idea: “Y si me tallo la cara para que me haga un micro peeling.”- Mal, mal, mal, mal, mal, mal. El azúcar actuó como cuchillitos filosos que me tasajearon la jeta... OUCH… Y el limón hizo lo suyo; arder como la chingada (lo que sabe hacer muy bien). Mi hermoso rostro recuperó su forma normal después de dos semanas. Y las pecas, ni siquiera se decoloraron tantito. Mala idea.

Peeeeeerooooooo.....


Cuando uno es adolescente tiene derecho a hacer pendejadas. Pero cuando llegas a la adultez, esperas que esas idioteces que solías elaborar cuando joven, hayan desaparecido de tu raciocinio… ¡FALSO!

Ayer descubrí en mi rostro una “Chispa de juventud” o sea, un barro a lado de la oreja derecha. Lo toco y parece un garbanzo metido en mi ser de manera subcutánea. No tiene cabecita blanca para tronarlo. Pero es muuuuy molesto. Tenía que deshacerme de él a como diera lugar.

En la soledad del baño de mi casa, tuve lo que ya se imaginarán: una idea luminosa. “¿Y si me lo saco con una aguja?” – OMG. Parecía tan fácil. En mi mente la escena se veía muy segura: agarrar la aguja y lentamente introducirla en el ente de grasa que vivía en mi rostro….¡Gran pendejada! El barro no salió y lo dejé como pinche coladera, me escurría sangre y no había rastros de que pudiera desaparecer. Di un último apachurrón a la bola con todas mis fuerzas, pero nada. El barro me había vencido.

Hoy en la mañana noté que me dolía sonreír. Que si tosía, un lado de la cara se me entumía. Eché un vistazo a aquello que estaba generando mi molestia, y era el barro, más grande, más fuerte, y sobretodo, más indomable.


Me duele la jeta y este barro es de los enterradísimos que amenazan con quedarse, mínimo, dos semanas en tu ser.




PD: No hagan pendejadas.

jueves, 16 de julio de 2009

Las dos caras de Maruchi


Estoy consternada. Hacía mucho tiempo que no salía Maruchi Coco a relucir tan, pero tan imponente. Antes de decirles cualquier otra cosa, tengo la necesidad de contarles de dónde viene “Maruchi Coco” para que puedan entender la historia que voy a relatar.


Desde que nací, mi familia, amigos, gente muy cercana, me han llamado Maruchi, no es mi nombre de acta, pero este nick me lo puso mi papá y lo siento más mi nombre que el real. Siempre he sido Maruchi, y así me llaman. Cuando era niña, eso de los ocho años, tenía una prima muy especial para mí. Ella vivía en San Antonio, así que sólo nos veíamos de perdis un par de veces al año, pero cuando nos veíamos, éramos imparables. Jugábamos con las barbies, coleadas, avioncito, hacíamos obras de teatro que le imponíamos ver a toda la familia. Una gran prima. Dentro de nuestros juegos estaba uno que nos permitía portarnos mal, y era el no –ser nosotras mismas, sino una parte siniestra de nosotras, es así como yo me convertía en “Maruchi Coco” y ella también se ponía Coco al final de su nombre. Éramos las cocos.

Pues bien, no sé ni como empezar a narrar lo que hizo Maruchi Coco este martes. Tuve un día un poco pesado en el trabajo, nada fuera de lo habitual, sin embargo me sentía de un humor muy encabronado. Sólo quería llegar a mi casa y darme un baño reparador y volver a la vida con zest. Es decir, tenía que ir de punto A (mi chamba) a punto B (mi casa). Mas, entre ese paso de punto a punto, se añadieron “puntitos” que impidieron que mi trayecto, que prometía ser sencillo, fuera sencillo.

  • Puntito 1:

El martes, fuera de lo normal, pude salir a mi hora establecida, la cual coincidió con la salida de la chamba de mi novio. Como él me presta el coche, la verdad, lo mínimo que podía hacer era pasar por él para irnos a la house juntos, así que eso hice.


El pedo de este puntito radica en que quedé de ver a mi chico en otra calle que me quedaba de paso, y no en la calle donde está su oficina. ¿Qué hizo Maruchi? Se apendejó y me metí a la calle donde estaba su oficina, lo que obligó a mi novio a caminar de más. Cuando finalmente nos encontramos y él entró al coche, ésta fue la conversación:

Maruchi: Lo siento amor, me equivoqué de calle.

Novio: (molesto) ¿Por qué haces eso? Chale.

Maruchi: Por Pendeja, por eso. Se me fue el avión.

Novio: (en tono mamón) Pues muy mal.

Maruchi: (apretando el volante para disimular su frustración) ¿Qué tal te fue?

Novio: Pues mal fíjate que… (Cambiando el tema) ¿Te desconcentro s te habló?

Maruchi: Para nada amor, ¿por qué?

Novio: (serio) Es que te estás cargando a la derecha otra vez.


  • Puntito 2:

Estaba yo tratando de meter el coche al estacionamiento del edificio cuando descubro un puto bora azul marino estacionado en mi lugar…. (Corte A Flash back).

Flash back: Ese bora azul pertenece a una vecina que cada vez que algún mentecato ocupa su lugar, decide estacionarse en el nuestro. Ya lo hemos hablado con ella, de mil maneras le hemos pedido que no se estacione ahí, que si alguien ocupa su lugar, que baje y se la haga de pedo al culpable y no nos perjudique a nosotros. A esta mujer sencillamente le vale madre.

Vamos mi novio y yo a hacérsela de pedo al poli y a reclamare que permitió que la vecina se estacionara en nuestro espacio. A lo que el poli contesto:

Poli: ñeñeñeñiñañeeee…(siempre emite ruidos raros antes de hablar) lo que paja ej que ( es veracruzano) le dije a esa pinche vieja que no se ejtajionara ahí, pero dijo que ella dejaba su choche donde le daba la gana.


  • Puntito 3:

En cuanto el poli terminó de decir “gana”, subí como cuete por las escaleras hasta llegar al 5to piso, donde vive la susodicha. Pensaba decirle que por favor no volviera a estacionar su choche en nuestro lugar, que al hacerlo nos causaba muchos problemas, que buscáramos una manera civilizada y racional de arreglar este asunto de una vez por todas. ¿Qué fue lo que pasó? En cuanto la monita abrió la puerta y vi su cara retadora, lo que dije fue lo siguiente:

A ver jija de tu rechin#””%/) madre, ¿de qué put#$%&&$ manera te tengo que decir que no estaciones tu put$%%& coche en nuestro lugar?.”

A lo que ella pacíficamente contesto: “ A ver… no me hables así. Fíjate cómo me estás hablando."

Me enchilé más y le dije: “ Sí, te hablo como lo que te mereces una basura, un estorbo, eso eres , un pinche estorbo, necia hija de tu pu%%$#” madre. Te lo he venido diciendo mil veces... Que no lo hagas y te vale. ¿Por qué lo haces? ¿Por queeeeeeeeeeé?”

Vecina: (ecuánime) Ash mira, mi lugar estaba ocupado y yo lo dejo donde yo quiero. Y no tienes ningún derecho a insultarme de esa manera.

Maruchi: Claro que lo tengo… Yo te hablo como me sale de los hue#$%&/&/. ¿Cómo la vez?

Vecina: Ahora por eso ya no bajo a moverlo. ( se intenta meter a su casa)

Maruchi: (Como villano de Capitán América) ¡¡¡Me las pagarás!!!

Vecina: Ten cuidado cómo me estás hablando, no sabes con quién te estás metiendo.

Maruchi: (Burlona) ¿con una teibolera? (porque eso es lo que parece)

La vecina levantó la ceja y se cerró la puerta lentamente como bruja de Blanca Nieves.


Punto B.
Me interné en el depa con las tripas llenas de ácido. Me fumé tres cigarros en cuestión de dos minutos, mientras le narraba a mi chico lo que había hecho. La verdad, no sé porqué salió tanta basura de mi boca, No soy de las mojigatas que se asusta de las groserías, al contrario, suelo usarlas muy a menudo en mi léxico, pero bajo diferentes contextos; echando relajo, contando una anécdota, mientras conduzco. Pero decírselas de frente a una persona, eso no lo suelo hacer. Por lo general soy sarcástica cuando insulto, o cínica, pero una pelangocha de barriada NO.

Es por eso que afirmo que salió Maruchi Coco a relucir.

Curiosamente la noche anterior a este evento, tuve un sueño muy extraño, hasta podría asegurar que fue premonitorio…y miren que he soñado chingaderas bien gruesas. Una vez soñé que el cómico Seinfeld era mi papá (pesadilla) yo les decía: “No, no, no, mi papá es otro”... en fin… lo que quiero decir es que mis sueños, por muy raros que sean, no suelen sorprenderme, pero lo que soñé aquélla noche, aún sigo sin entenderlo.

Está muy cañón lo que soñé, así que lo diré directo sin imágenes rebuscadas. Soñé que me salía caca por la boca…. Lo sé, está del nabo. Pero me salían unos trozotes marca diablo, y por más que escupía, seguía saliendo más mierda de mi boca.

¿Ven el destello de premonición? Por muy mal que me caiga la vecina, por muy enojada que yo estuviera ese día, y aunque tuviera todo de mi lado para exigirle que respete mi lugar, no debí haber perdido el estilo….ñiiiiii.

Me siento mal. No por ella, sino por mí, porque me dejé arrastrar por un coraje que salió a modo de mierda por mi boca.


¡Ay Maruchiiiiiiiii!

viernes, 3 de julio de 2009

"Si me buscas tú a mí..."


Hace un par de días estaba echándome un cigarrín en la terraza del depa. Me sentía muy a gusto mientras platicaba con mi hombre. Saltábamos de un tema a otro con singular destreza (como solemos hacerlo). Primero criticábamos a un vecino que teníamos enfrente porque se estaba rascando su intimidad afanosamente y después tocamos el tema de las caricaturas japonesas.

Llegué a la triste conclusión de que si de niña me hubieran tocado caricaturas como: Trigun, Gungrave, Pokemon, Ranma 1/2, etc., mi personalidad sería otra. Y es verdad. En mí época estuvo el auge de las caricaturas japonesas con trama tragediosa; Remí, Heidi, José Miel (después conocida como La abejita Hutch), Sandy Bell, Bell y Sebastian y mi más adorada caricatura Candy Candy.










Amo a Candy, tuve un affaire platónico con Anthony y después con Terry Grandchester. Pero por mucho que me guste esta caricatura, he de reconocer que aún no he entendido ¡De qué jijos de la madre se trata! ¿Por quéeeeeeeeee...Por quéeeee...Por qué le va tan de la chingada a Candy? A los lectores que no conozcan esta caricatura, les digo con todo el dolor de mi corazón, que sois afortunados. La experiencia de ver Candy Candy a los ocho años, dejó una hendidura irreparable en mi personalidad.

Anthony Brown, el primer amor de Candy (sin contar al puto príncipe de la Colina), fue también mi primer amor . Un chico de mirada dulce, cabellos rubios y que amaba a las rosas, pero que tenía los suficientes pantalones para enfrentarse a la Tía Abuela. Ese era Anthony y representaba la promesa de felicidad para Candy.




"Aunque me guuuhten lah rosaaaah no soy puuuhto, Candy"

¿Pero qué pasa en esta serie? Candy empieza a temer por la seguridad de Anthony, por culpa de una puta adivina que le augura mal futuro a su amado. La protagonista sufre a través de una tortura psicológica que le siembra pesadillas donde sueña que Anthony se muere. Y una como espectadora presiente que ambos deben casarse y ser felices, así que por muchas pistas que la trama te suelte, te resulta imposible pensar que de verdad Anthony se vaya a Morir.


El famoso capítulo "La Cacería del Zorro", trata de la presentación formal de Candy a la familia Andrey, (me hubiera gustado que sólo se hubiera tratado de eso) pero también trata de la muerte de Anthony, quien sale disparado de su caballo y se desnuca, cayendo muerto al instante...SE DESNUCÓ... ¡qué concepto tan elevado para una niña de ocho añitos! Ni siquiera sabía que era la nuca. No mamen... Pinche trauma. Lloré la muerte de Anthony casi con la misma amargura con la que lloré la de mi abuelito.... neta ... No se vale.



"Aaaaaaaaaaaaanthonyyyyyyyyyyyyyyyyyy"




Uno pensaría que ahí ya se acabó la caricatura, si ya se murió el hombre protagónico, ya no puede haber más. Pero nooooooooooo, poco después aparece Terry, quién surgió en la trama como consuelo para Candy (y para todas las niñas de la época) por la muerte de Anthony. -"Al fin Candy va a ser feliz"- eso pensamos, pero ¡mocos! Ella y Terry no pueden estar juntos por Susana, la actriz que por salvarle la vida a Terry, pierde una pierna. Y Candy, por culpa , le dice a Terry que debe casarse con Susana, ... ¡Oh, qué escena! Terry la abraza de la cintura, y le implora que no se vaya, pero la bondad necia de Candy lo deja ir.


"Yo soy Terry, tengo la mihma voh de Anthony y el mihmo perfil,
pero me puteo a Candy cada veh que noh confunde."




Hace poco me enteré que en realidad la caricatura no tenía un final establecido, es decir que está incompleta debido a rollos legales entre la escritora y la diseñadora de la serie. Lo cual tuvo mucho sentido para mí, ya que no especifican si Candy regresa con Terry o si se queda con Albert ( El chaqueto, chaqueto, chaquetísimo príncipe de la colina). El "final" dejó tan inconformes a los seguidores, que en Italia desarrollaron uno propio, editando imágenes de la serie para que pareciera que Candy y Terry se quedan juntos.


....Ufff... Todo un Melodrama.


¿Y qué me dicen de Remi?


La muerte de Corazón Alegré y la del señor Vitalis dejaron desconsolada a toda la generación de los ochenta. Las maestras entraban al salón de clases para descubrir a un montón de niños llorando.


Maestra: Niños, Niños ¿qué pasa?

Niños: (Al unísono) Buaaaaaaaaaaa.... se murió.

Maestra: (Angustiada) ¿Quién? ¿Quién se murió?

Niños: El señor Vitalis...buaaaaaaaaaa.

Maestra: (entre dientes) Mta madre....Otra vez están pasando Remi en la tele.



Les parecerá exagerado, pero las misses ya estaban acostumbradas a la puta chilladera por culpa del señor Vitalis; sin embargo he de reconocer que el final de Remi es uno más feliz y contundente que el de Candy Candy. Pues la vida de pobreza de Remi se convirtió en una estabilidad emocional a lado de su verdadera madre (no la culera que deja que su marido lo venda al sr. Vitalis).


Otra cosa que tenían las caricaturas en común, eran las cancioncitas. Parecía que las escribía un bipolar. La rola del comienzo siempre era muy alegre y juguetona (como arbolito de Bob Ross). Recordarán el "tun tun tun tun caminar, tun tun tun tun a correr" de Remi... Súper prendida la rola, pero después, al terminar el capítulo, venía la canción deprimente:"Por el caaaaampo voy... al amaaaaaneceeeer....”.


Con el tema musical de Candy sucedía lo mismo que con Remi. Ponías Imevisión a las 7 en punto de la noche y ahí estaba la cara alegre de Candy cantando: "Si me buscas tú a mí, me podrás encontrar... yo te espero aaaaquí sí… sí, éste es mi lugar”. Pero en cuanto terminaba el capítulo te querías cortar las venas al escuchar: "En mi ventana veo brillar, las estrellas muy cerca de mí."

Insisto, esas caricaturas trastocaron mi mente de modo irreversible.



Hace algunos post comenté que recientemente me hice fan de la caricatura Trigun. ¿En esta caricatura hay muertes? Claro y muchas. Se muere Wolfwood, un personaje muy importante, y se muere bien feo. Pero como comentaba con mi novio, la muerte en Trigun es homérica, tiene un simbolismo de coraje y de honor. No era un absurdo como la muerte de Anthony en Candy. Recalco, no hay sentido en esta muerte, más que para joderle la existencia a Candy. ¡Ah! nota al margen, Candy no merece una vida jodida, era güerita y con pecas...¡se le veían bien lindas sus pecas!... Es más, le das de comer caca y se la comería a no ser que se la de a alguien que la necesite más, de hecho, gracias a la personalidad de Candy no me impresionó tanto lo que hizo la Madre Teresa de Calcuta. Candy es el personaje ficticio más noble que conozco, más que Jesucristo. Una verdadera Mártir.

Sencillamente eran otros tiempos.


¿Por qué coño se tuvo que morir Anthony? ¿¿¿POR QUEEEEÉ??? ... ¿Para darle lugar a Terry? A mi juicio Terry es un personaje lo suficientemente fuerte como para sostenerse sin el antecedente de Anthony. ¿En serio era tan necesario construir un perfil psicológico traumado de Candy? No entiendo este giro dramático, aunque me lo pusieran en una novela romántica del siglo XIX. Menos lo entiendo en una caricatura para niños.

La moraleja de "permanece sonriente ante la adversidad" me parece exagerada cuando a penas tienes ocho años y el concepto de muerte aún no está claro. Es la edad en la que se te muere tu perro, tu gato, tu abuelito, y lo único que quieres es que tu mundo vuelva a su rutina lo antes posible. Cuando perece irle bien a Candy, la historia da un giro trágico, pues cuando al fin pudo volver a abrir su corazón para amar a Terry, es ella quien decide no estar a su lado por caridad a Susana.



No es sano ver una caricatura con tanto pesimismo. Ni Schopenhauer era tan drástico en su libro "Los dolores del mundo".

Candy Candy me tocó en fibras sensibles que desconocía que tenía y me generó un miedo al fatalismo y a los “malos presentimientos”. Podría decirse que fue uno de los factores más importantes que definieron mi infancia. Aún así, con todo y su pesimismo, con todo y que no puedo perdonar ni aceptar la muerte de Anthony, esta caricatura posee para mí la entrada a una infancia llena de recuerdos. Pues lo más lindo de Candy, era llegar al día siguiente al colegio y platicar del episodio con la que era mi mejor amiga en la primaria. Una amiga que quise mucho y de la que ya no he vuelto a saber.

En fin, aún conservo la ilusión de comprar algún día los derechos de Candy Candy , rehacer la caricatura y no matar a Anthony. Sé que esto suena muy infantil, y hasta naco el querer cambiar una historia ya escrita; pero entiéndanme, en esta historia puedo cambiar la trama, ya que, aunque soy la dueña de los derechos de mi propia vida, no puedo reescribir mi historia y evitar la muerte de mis seres queridos.



Nota al pie:

Querido pie,

Escribo esta nota para aclarar que las imágenes con las que ilustré este post, las agarré de sitios ya existentes de Candy Candy. Por favor ayúdame a que entiendan que no estoy lucrando con ellas, solamente estoy ejemplificando. Sé que algunos de mis seguidores se preguntarán ¿para qué chingaos hago esta aclaración? Pues bien... la hago porque no tienen idea de lo pinches necios que se pueden poner los fanclubs de Candy. Plis! no se encabronen. Y si se encabronan, pues que traguen diez kilos de aguacate y se mueran.



viernes, 12 de junio de 2009

Mi Secretaria

¿Recuerdan este programa icónico con Pompín Iglesias?

Yo era muy niña cuando lo veía y entendía muy pocas cosas, pero lo que se me quedó grabado fue el desmadre que armaban todas las secretarias juntas. Me quedé hipnotizada con el ruidito de las máquinas de escribir y la rapidez al tomar dictado.



Tengo ya varios años que le he girado de asistente y la experiencia no es ni remotamente parecida a la del programa de televisión. Mi jefe, cuando me pide algo, no sale ansioso por una puerta gritándome:"Lupita...Lupita...Lupita...trabaja mucho Lupita", sino que me dice simplemente: "Mari"(lo cual agradezco). Mi lugar está alejado de las demás asistentes, lo que me impide echar un desmadre tan sabroso como en la serie; sin embargo disfruto este aislamiento ya que me permite hacer mi chamba con privacidad.


No quiero que me malentiendan por lo expresado en el párrafo anterior, me gusta mi chamba. Por primera vez me siento a gusto con mi lugar de trabajo. Sin embargo reconozco que en este rol de asistente siempre van a existir, invariablemente, ciertos preceptos a seguir. Es como una especie de código entendido que no puedes violar, y está bien. Lo acepto.

Dentro de este código sobreentendido bajo el cual trabajamos las asistentes, se encuentra el indiscutible, incuestionable y dogmático código de vestimenta. Aunque me encantaría que en mi chamba pudiera venir de jeans, entiendo que el giro de la empresa no lo permite y por ende tenemos que dar una imagen ejecutiva. Sin hacerla de pedo, me encaminé a comprarme ropita nueva de clase ejecutiva. Como me caga usar saco (en serio, me puede poner muy de malas) me compré chalecos elegantes que hacen juego con los pantalones y me encargué que todo combinara perfectamente con mi abrigo gris de botones dorados con el que parezco refugiada... very nice!

Si eres asistente, sabes que es obligatorio usar maquillaje. Uno discreto, pero que se note que estás pintada. No importa que tengas la cara de muñeca y tus pestañas sean laaaargas y negras, a la de a willson te tienes que pintar. Si tu jefe es un director, tú tienes que verte lo mejor posible ya que eres la persona que lo representa hacia los demás. Insisto, por mucho que me guste el look de hippie trasnochado, entiendo que en mi trabajo debo verme bien. Así que me maquillo.








Por supuesto que no se nos debe pasar la mano.




En todas mis chambas me ha seguido el mismo malfario : Los Uniformes. Cuando trabajaba en la empresa Líder en Software, me compraron unos trajes de Zara que estaban decentes. De hecho,de no ser porque me engordó el bote, me los seguiría poniendo. En la empresa líder en reaseguro, donde trabajé después, también me hicieron usar uniformes. Y ahora, en mi chamba actual ¿qué creen? Pues también quieren que use uniformes.

¿Tengo algo en contra de los uniformes? No. Simplemente tengo algo en contra de las incongruencias. Se supone que los uniformes tienen el objetivo de que el personal secretarial se vea presentable y bien nice, entonces ¿por qué insisten en hacerlos pinches? Los trajes tienen colores alejados de un concepto ejecutivo que más bien recuerdan a las obreras del socialismo ruso. Not appealing at all. No es que sea vanidosa, pero tampoco me gusta verme ojete.





"Lupita...Lupita... ¡qué fachas! Lupita"

Cuando eres joven y puberta, el usar uniforme puede ser objeto de fetichismo. A todos, todos, todos les gustan las Lolitas. Pero cuando ya tienes una edad, sólo debería ser permitido usar uniformes en la cárcel, porque de lo contrario parecerás costurera de fábrica. Así que yo opté por no usarlos.

¿Dirán que tengo unos ovarios muy azules? A lo mejor.

¿Pensarán que me siento especial y por ello no quiero ponerme uniforme? Me vale madre.

¿Me verán con admiración por semejante rebeldía? También me vale madre.
¿Estoy cansada y ya me quiero largar a mi casa? Muy cierto.
¿No supe como terminar este post y me saqué de la manga hacer preguntas? Totalmente de acuerdo.

viernes, 15 de mayo de 2009

Primeras veces (No quiero engañarlos con el título, este post no habla de sexo)

Las primeras veces que hacemos algo (cualquier cosa) , suelen darse dos escenarios. En uno podemos tener control y manejo de nuestras emociones . En otro, los sentimientos nos revolotean en el estómago y nuestra neofitez toma cartas en el asunto, en pocas palabras ,en este escenario es cuando la regamos por ser primerizos.

Todo este párrafo incoherente surgió porque a penas hace tres semanas me estrené en algo nuevo (que les
contaré más adelante). Por ahora quisiera hacer hincapié en " las primeras veces" más importantes de mi vida.


Primera vez que reprobé un examen
Era muy niña y aún no comprendía los parámetros de las calificaciones. Llegué a casa muy contenta con mi examen en mano cuando mi madre me preguntó: "¿Qué tal te fue en tu examen, hija? "
Yo: Muy bien mami. Saqué mitad buenas y mitad malas.

Mamá
: ¡Pendeja! ¡Sacaste cinco!

Yo creía que haber logrado la mitad de buenas era algo aceptable, pero ese día comprendí que el cinco era malo, el seis un mediocre, el siete un huevón, el ocho era algo aplicada, nueve y diez sólo podían ser la
excelencia.

Primera vez que me metí a nadar.
La alberca honda olímpica me daba terror y además, el agua estaba más helada que la chingada. Como siempre que me da frío me pongo color azul, mi madre tuvo la luminosa idea de darme un chocolate antes de nadar para no congelarme. Lo que sucedió fue que vomité el Carlos V sobre mis chanclas.



Primera vez que me confundieron de sexo. (Porque hubo una segunda vez)
¿Qué quieren? Estaba pasando los años duros de la adolescencia cuando decidí que mi look iba a ser de jeans holgados, suéter también holgado y el pelo corto debajo de la oreja. Para acabarla de chingar, también decidí no maquillarme. Un día me disponía a cruzar la calle cuando nadie me daba el paso, de pronto veo a un auto rojo detenerse "¡Qué amable!"-pensé, pero estaba en un error, el sujeto no se detuvo para darme el paso, se detuvo para gritarme:"PUTITOOOOO".

Hubo una segunda vez que me confundieron de sexo, pero esa es justificable ya que iba disfrazada de
Segismundo para una obra de teatro de la universidad.


Primera vez que tapé un baño ajeno.
No mamen. Sentí que me moría. Jalaba y jalaba y aquello sólo daba vueltas burlándose de mí. Estaba en otro país lejos de mi hogar, en el baño de la casa del nuevo esposo de mi tía, y justo ahí me tenían que dar ganas de surrancho. Lo peor del caso es que pude haberme aguantado hasta llegar al hotel, pero nooooooo, a fuerzas tenía que estrenar el baño de visitas. Al final tuve que llamar a mi tía y contarle con un chorro de pena que su sobrinita de once años había tapado el baño. Mi tía entró, jaló y aquello se fue como si se tratara de la cosa más sencilla del mundo. Puta ley de Murphy.


Primera vez que me dieron un beso.
En las películas siempre reflejan el primer beso como un momento epifánico de ternura y candor, hasta hubo una película cuyo título en español era precisamente "Mi primer beso". La imagen constante son dos pinches escuincles pegando los labios, la niña se pone roja y el niño siempre dice:"Me tengo que ir" ¡Ahhhhh! ¡Películas de pacotilla! ¡Falsedades llenas de melcocha! Mi primer beso fue un asco. Permítanme y les cuento:

Tenía la noble edad de catorce añitos (lo sé, ya estaba grandota) , había ido a visitar a una tía que vivía en San Antonio (no a la que le tapé el baño, ésta es otra). Ella vivía en un condómino que tenía una alberca bien bonita, pero en época de la calor se llenaba de cucarachas. Yo me encontraba nadando una media noche cuando a un sujeto idéntico a Chubaca, se le hizo fácil sentarse y verme nadar.

Cuando salí del chapoteadero, el susodicho me hizo la plática. Traté de evitarlo, y fue cuando él me dijo que
tenía algo en el pelo. Inmediatamente pensé que se trataba de una cucaracha, me friquié y le supliqué que la quitara. El agarró un mechón de mi larga cabellera y ¡moles! Pude sentir sus labios grasientos a través de sus barbas de púas. Era total, el corpulento hombre me había besado.

Mi indignación me llevó al límite de del raciocinio fallido. Pensé que darle una bofetada no sería suficiente castigo ante semejante osadía, tenía que hacer algo mayúsculo. Me coloqué en la orillita de la alberca, lo llamé con la voz sexy más fingida que haya existido "Comm'on ...give me another kiss". No lo dije dos veces cuando ya tenía a esa mole enfrente y justo cuanto iba a besarlo, lo empuje a la alberca (estoy consciente de que esto era muy predecible) Mas él no cayó al agua e interpetó mis intentos de empujarlo como caricias sensuales y ahí va de nuez.... me planta otro kiko. Horrorizada hasta el extremo de la locura grite: "Heeeeeeeeeeelp" . El
sujeto me soltó y sólo me dijo : "You're so stupid" y se marchó.



He de decir que estuve de acuerdo con él- I was stupid.

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Aquí termino la narración de las primeras veces más memorables de mi vida. Ahora relataré la andanza y aventura en la que me metí hace tres semanas. No esperen algo espectacular, se trata solamente que por primera vez hice una compra a través de Mercado Libre.com. ¿Qué compraba? una figurilla de Vash The Stampide.

Hace cosa de unos meses mi novio me mostró una caricatura japonesa de nombre Trigun. Me quedé picada y durante quince días ví todos los capítulos por youtube. Amé a Vash, así que decidí hacerme dueña de una figurilla con su imagen. Mi novio siempre llega a la casa con nuevas figuritas (que si de Marcus Fenix, y otros personajes de videojuegos que gracias a él ya conozco). Yo le preguntaba... "¿Oh amore mío, dónde lo habéis comprado?". Mercado Libre fue la respuesta.

Como no quería muchos desmadres con el envío, preferí hacer la compra a través de Mercado Libre. com. Ya una vez en la página indiqué al buscador enseñarme todo lo referente a Trigun. Había dos figuras de Meryl muy pájaras y una de Nicholas Wolfwood chida, pero yo sólo quería a Vash. Cuando lo encontré a un precio razonable, no dudé un instante y le dí al botón de comprar. ¿Qué pasó? Me mandaron a la chingada porque no estaba registrada como usuario de Mercado Libre.


Después de escribir todos mis datos, quise poner de usuario Maruchi... no pude, ya existía, elige otro...mmmm... coruchi, también ya estaba ....cococruchi...ya existe...me lleva . Puse Latruchi y el password de siempre más un número porque tenía que tener un carácter numérico a huevo (del cuál ya no me acuerdo)
Ya una vez con identidad virtual en Mercado libre, me dispuse a realizar la compra de mi futuro Vash The Stampede. Di click al modo de compra a través del contacto. Como era la primera vez que hacía este tipo de compras no sabía cómo actuar. Así que decidí hacerle caso a mi instinto, el cual me dictó mandarle un mail al owner de Vash pidiéndole sus datos. Me respondió esa misma noche dándome el número de cuenta a la cual depositarle.

A la mañana siguiente ,el primer task que hice fue dirigirme al banco y hacer el depósito respectivo. Guardé mi hojita de comprobante, la escané en la oficina, la puse en un attachement y se la mandé por mail al vendedor. Sólo me restaba esperar...¡Esperar!, sólo eso, pero yo era una neófita en esto de las compras por internet, así que mi rango de paciencia estaba muy reducido. Pasaban cinco minutos y checaba mi inbox con alguna
respuesta del vendedor. Nada, como lo había dado de alta en mi messenger, me la pasaba cazándolo a ver si se conectaba...y no. Pasaron dos días sin recibir noticias sobre mi envío. Al tercer día lo traté de llamar al teléfono que dejó de contacto, y sonaba ocupado.

Debo destacar que el sujeto no vive en el DF, y que no me importó para decidir llamarlo repetidas veces aunque me cobraran la larga distancia. Mi novio me recomendó entrar a Mercado Libre y revisar las calificaciones del vendedor. Cuando lo hice, me di cuenta que tenía un historial impecable, todo mundo lo había calificado positivo. -"¿Ya estás más tranquila?"- me preguntó mi novio. "Sieeeeeeeee" fue mi respuesta dudosa. Después de ver las calificaciones, debí haberme sentido segura y cool, pero el hecho de no recibir noticias sobre mi Vash me puso más nerviosa. Eran las 11 de la noche cuando insistí en llamar al vendedor nuevamente. Escuché un "Tuuuuut" más largo "Qué bien! Ya está entrando la llamada."

Vendedor: (con voz dormilona) Buenooo.

Maruchi: Hola, busco a (nombre del vendedor que no pondré por proteger su identidad y porque lo olvidé).

Vendedor: Sí, soy yo.

Maruchis: ( con voz llorosa) Hola habla Maruchi,... es que no he sabido nada de ti en estos días y sólo quiero entender dónde está mi Vaaaaaaaaaashhh.

Vendedor: (sacado de onda) Este... sí, te lo mando mañana, lo que pasa es que no me he podido conectar a intenet , pero tu Vash te llega en dos días.

Maruchi: ( contenido la alegría) Gracias... gracias... no sabes, me desesperé al no saber nada de ti y por eso decidí llamarte, perdona la hora, pero ahora sí podré dormir tranquila sabiendo que mi Vash está en camino....Love and Peace....Love and peace.


Vendedor: Buenas noches.

Una paz indescifrable dominaba mi alma, mi Vash estaba cerca.
Sentí unos ojos inquisitivos clavarse en mi nuca, al voltear veo a mi novio haciendo muecas.

Maruchi: ¿Queeeeeé? ¿Por que me ves así?

Novio: Chale amor, luego por eso nadie quiere venderle nada a primerizos en Mercado Libre. Se ponen bien

pendejos.

Era la primera vez que compraba algo en Mercado Libre. Pude haber sido cool y aumentar mi rango de paciencia, pero no lo hice. Me dejé llevar, como siempre, por las maripositas de la emoción. No enfrié mi cabeza y no pensé con claridad. A pesar de ello, el vendedor me calificó como una excelente compradora. Obviamente yo lo califiqué positivo.

Sólo espero haber aprendido de esta experiencia y que en mi próxima compra me mantenga ecuánime... tan ecuánime como la rola Sacré Français que estoy escuchando ahora.





LOVE AND PEACE...LOVE AND PEACE