martes, 17 de febrero de 2009

Entre el ocio y el morbo.

Soy una morbosa.

No sé porqué (sí lo sé, porque soy una morbosa), pero últimamente me ha dado por ver cosas asquerosas en Youtube, y no me refiero a cosas sexuales (eso estaría, hasta cierto punto, justificado). Todo mundo quiere ver gente en pelotas, pero yo preferí ver las pelotas de la gente...Me explico: Me la he pasado viendo documentales sobre la Peste Negra y la viruela.

A pesar de haber leído el Decámeron de Boccaccio, y saber que la musa de Petrarca "Laura" había sido desfigurada por la viruela, siempre pensé que vivir durante la Edad Media habría sido poca madre. Imaginaba a chicos delgados de largas melenas tocando la lira, mientras algún viejo loco recitaba cualquier cantar de gesta...la imaginación puede ser peligrosa.








"¡Ay qué bonita espada!..de mi abuelito el coroneeeeel"
(Cri-Criuxus, por ahí del 1300)




Después de ver y analizar a profundidad estos documentales, me cae que lo pensaría dos veces antes de decir que vivir en la Edad Media era la hostia. Yo sé que muchos argumentarán que ahora nos tocó como virus el SIDA, y que nos las estamos viendo negras con él, Pero no mamemos. Al menos ahora sabemos cómo evitar ser víctimas del VIH, tenemos conciencia de su magnitud. No se compara la cantidad de personas diezmadas por la peste negra, más de tres cuartos de la población europea valió madres...¿Entienden eso? Mientras enterraban a los que padecieron la peste, gente se moría en el instante por la misma. "Los ataúdes no bastaban para enterrar tantos muertos. Tuvimos que enterrarles sin ellos" - uno de los tantos testimonios de la época.

Cuando el SIDA empezó a sonar como epidemia, el ser humano ya manejaba el concepto de virus. En los ochentas ya nos precedía todo un conocimiento científico fundado, y se reconocía a los microbios como los causantes de enfermedades. En la Edad Media (altay baja) se había perdido gran parte de la sabiduría de occidente y se ignoraba qué causaba las enfermedades. Se creía que era un castigo divino, que los hombres habían obrado mal y por eso dios quería acabar con la humanidad. Soy atea, pero después de chutarme estos documentales, puedo entender las creencias de la época. ¿Cómo no pensar que dios está emputado si las personas caían como moscas?

Durante cuatrocientos años, la peste negra azotó a Europa, la tierra se estaba quedando despoblada de seres humanos ...¿ Se imaginan? que puto terror... No fue sino hasta principios del siglo pasado que se descubrió que la Peste Negra era causada por la pulga de la rata. Sé que esto es más complicado de lo que reflejo en este párrafo pinchurriento.

Cuando la Peste negra dejó de ser el enemigo, tomó fuerza la otra enfermedad, no menos mortal pero más temida por los vanidosos: la viruela, y es que no sé si ustedes al igual que yo, creían que la viruela era como una varicela, pero ni madreeeeeeees... la desfiguración que ocasiona no tiene límites. Las personas parecían bolsitas para proteger cristales, de esas de puras bolitas.




Mi morbosidad, aún insatisfecha, me hizo seguir buscando información sobre estas dos plagas, pero mi morbo era impulsado por un móvil humanista y no tanto biológico. Tratar de entender a la humanidad según su reacción a enfermedades. En la Edad Media rezaban a dios e imploraban misericordia. Las bellas artes trataron, sin pretenderlo, de darle un sentido mágico a la historia. Ahora que sabemos qué son los virus (bueno, no se sabe qué son exactamente, por esos e llaman virus), marchamos con un listón rojo en contra del nuevo enemigo de la humanidad, el SIDA y hasta hacemos burla en juegos de palabras como: el SIDA - sí da.


¿Seremos mejores que aquellos que poblaron la tierra en la Edad Media? No, pero saliéndonos del grueso del común de las masas, deseo hacer un homenaje a los "cazadores de microbios". A ese 0.000000000000001% de la población que destacó por hacer que el otro GRAN porcentaje siga con vida. A veces no nos queda de otra que ser sencillos, por eso antes de presumir que sabemos mucho y hacer citas presuntuosas, debemos recordar a los seres humanos que hicieron posible que en nuestro vocabulario existieran palabras como: virus, microbios, epidemia y comprender de qué estamos hablando.

jueves, 12 de febrero de 2009

¿Dónde lo guardé?

¿No les ha pasado que les entregan un recibo o comprobante y lo guardan en algún lugar de la cartera para que se acuerden donde está? y ...¿no les ha pasado que a la hora de buscarlo el papel ha desaparecido? Volteas tu cartera como pinche calcetín y nada..."¿Dónde chingados guardé ese papel?" -es la pregunta que nos acosa.

Cuando descubres que en tu cartera no está, decides voltear los cajones, hojear los cuadernos...nada. Después, la desesperación te hace buscar en lugares insólitos como el bote de basura "¿Habré sido tan pen... que tiré el papel a la basura?" Hurgando entre los desperdicios te das cuenta que tu búsqueda fue inútil. Ahí no estaba. Pasas la mano sobre el refri a ver si en el desmadre de papeles que ahí tienes está el que buscas, pero no.

¿Cómo es posible que después de haber buscado en mi cartera un puto papelito no lo hubiera visto, cuando efectivamente "está" ahí? Alguien los mueve de lugar...¿quién? ... he aquí algunas teorías:

Teoría sobre la vida de las cosas
No sé si a ustedes les pase, pero yo después de derrotarme ante búsquedas inútiles, trato de utilizar la Ley de Murphy a mi favor. Esta ley es sobre la vida de las cosas: " Cuando decides reponer un objeto perdido , no pasará mucho tiempo cuando éste aparezca a simple vista, cuando antes fue la cosa más imposible de buscar". Es parte de la misma ley que dice que si tiras un objeto a la basura, no pasarán dos días en que lo necesites.

¿Qué hago en este caso? Armo un desmadre para conseguir el papelito nuevamente y espero a que aparezca.
Lo mismo me pasó con un boleto de estacionamiento. Recuerdo que lo tomé y dije "lo voy a guardar aquí para que no se me pase" y mocos. Ese " aquí "impreciso hizo que el boleto se me escondiera y no lo encontrara. Pagué la multa y justo cuando ya voy de salida ...ahí está, desafiante en el asiento del copiloto. Hasta parece broma. Y lo peor es que sabía que si pagaba la tarifa de boleto perdido, el "boleto perdido" reaparecería.





Teoría sobre un trastorno esquizofrénico
Como ya he comentado, mi personalidad se compone básicamente de Maruchi la Truchi , la parte sensata y seria y el restante es Maruchi Coco.

Una gráfica para ilustrar:


Maruchi Coco es siniestra, tiene para mi el mismo encanto que tenía el mare ignotum para Colón, (espacio para una canción)Colón...Colón...Colón...Colón y su hijooooo Cris-to-ba-li-to. (Termina espacio para canción). Pero a veces me he preguntado si ese encanto no será también el responsable de que las cosas "se me pierdan".

Tal vez Maruchi Coco sea la que me esconde los papeles que necesito y simplemente no lo recuerdo. Aunque llamar a esta Teoría trastorno esquizofrénico es algo descabellado, porque el esquizoide recuerda sus acciones. Más bien sería de personalidad múltiple.... ¡bah!... esta teoría es una pendejada. No la lean.

Teoría sobre la existencia de un pinche duende que se roba mis cosas
Esta teoría se explica por sí sola, y de ser real, un duende se dedica a cambiarme las cosas de lugar, me cae que sí. Es como jugar memoria y que las cartas nunca aparecieran en el mismo lugar, tienes las de perder a willson.
Teoría sobre la posibilidad remota de que Maruchi sea un desmadre y por eso siempre pierde papeles importantes.
¡No es cierto!

Termina tratado de las teorías sobre la causa de la desaparición injustificada de papeles importantes. Se hace la aclaración que estos postulados fueron sometidos a rigurosas pruebas, propias del pensamiento científico.



Todo este post surgió porque me acaban de hablar de la óptica para decirme que mis lentes nuevos ya están listos, pero no encuentro el puto comprobante y estoy segura que lo guardé en mi cartera. Seguramente terminaré haciéndola de pedo al de la óptica y una vez que posea mis nuevos lentes, aparecerá el papel comprobante.

miércoles, 4 de febrero de 2009

Mis espejuelos

Tuve un dilema en la semana. No sabía si comprarme unos lentes con armazón verde o rojo.

Todo empezó porque a unos lentes míos se les cayó el tornillito de una patita y la tuve que amarrar con un clip. El amarre que hice es ergonómico, es decir, me quedó chingón. Sin embargo quise hacer las cosas bien y los llevé a una óptica para que los arreglasen. En el ínter, estuve pendejeando armazones, cuando de pronto unos de color rojo saltaron a la vista. Eran hermosos. El precio...muuuy caros. Finalmente la chava que atendía el changarro me dijo que con el clip que le puse a mis lentes, le di en la madre al fierro donde embona el tornillo y que tenía que dejarlos. Me negué porque no puedo prescindir de mis lentes.


Tenía la cosquilla de comprarme unos lentes nuevos, a muchas chavas les gusta estrenar zapatos, a mí me emociona cual niña chiquita estrenar armazón (aunque los cambie cada cinco años). Esperé una señal divina, algún símbolo a interpretar que me indicara si era acertado o no comprarme mis lentes rojos.
Mi revelación llegó a modo de revista fashion, mientras me formaba en la cola para pagar el súper. Era Elton...ejemmm... Sir. Elton John, usando unos lentes rojos. Se le veían horribles, entonces dije: "Maruchi, esa es tu señal" "¿Quieres que se burlen de ti por traer unos lentes ridículos?" - "Sí, sí, sí"-me dije a mí misma.

Después vi unos lentes de armazón verde en otra revista ¡Se veían poca madre! Pensé que el verde es un color más discreto que el rojo, pero no tan aburrido como mis lentes de pasta negra y amarrados a lo pendejo con un clip.

Mi parte sensata ,que es el uno por ciento de mi personalidad, me dictó no obsesionarme con estrenar lentes, que los que tengo de pasta negra aún son funcionales y se ven a toda madre . Pero el 99 por ciento restante, que es el componente "Maruchi Coco" , me dijo; "Me vale madreees... quiero estrenar lentes."

Ayer fui a la óptica y al instante que entré recibí la revelación que me dictó comprarme lentes con armazón rojo.

Maruchi: ¿Tiene lentes con armazón verde?

Optometrista: No.

Maruchi: ¿Rojos?

Optometrista: .

Maruchi: Muéstremelos todos.


Estaba indecisa entre dos modelos. Cuando me encuentro ante este tipo de indecisiones lo resuelvo eligiendo el más barato, pero ambos costaban exactamente lo mismo. No tuve más remedio que usar la sabiduría del mantra : "De tin marín de do pingüé" (es enserio, así escogí mis lentes).


El paso siguiente fue hacerme el dichoso examen de la vista. Ahora con los aparatos modernos la miopía se puede detectar automáticamente, sin embargo en esta óptica aún tenían al tecnología de la época de Anton Van Leeuwenhoek , y estuve más de media hora escogiendo entre lentes graduados.

Pero nada importaba, porque dentro de una semana estrenaré lentes nuevos.