martes, 18 de agosto de 2009

Yo sobreviví a la masacre del Sancho

Dicen por ahí que las emociones contenidas hacen daño y es necesario expulsarlas. Desde que abrí este espacio-blog, no he hecho más que escribir pura nimiedad; anécdotas insulsas y peripecias intranscendentes. Pero ahora, que sí me pasó algo importante, decidí callármelo por más de dos semanas.

Honestamente estaba esperando a que El Autor o TURBOPOP tomaran la iniciativa, ya que ellos también forman parte de esta anécdota, pero en vista de que ambos se hacen los desentendidos, me veo forzada a ser yo quien relate el suceso.

Era un viernes de quincena, y la tarde pintaba tranquila, a pesar de bullicio y el tráfico. TURBOPOP estaba con amigos de su chamba, en una cantina, celebrando la fiesta de despedida de uno de sus compañeros. TURBOPOP llamó a El Autor para que se uniera al desmadre, y El Autor me llamó a mí.

La cantina se prestaba para ahondar en temas filosóficos y metafísicos.

Inspirados en los borrachos y el grupito musical en vivo, surgió la siguiente conversación:

TURBOPOP: El viaje en el tiempo es una gran tontería, es absurdo. Deberían de dejar ese tema por la paz. No tiene sentido viajar al pasado para evitar un evento, porque si lo evitas, entonces ese viaje al pasado carece de sentido porque ya no habrá nada que evitar.




Maruchi: Viajar al pasado tendría sus consecuencias, y no hablo de las repercusiones en un nuevo futuro. Por ejemplo, imagina que yo por pura pinche curiosidad quiero viajar a la Europa medieval, si lo logro, lo más probable es que no sobreviva en ese lapso, ya que sería calificada como bruja por mis conocimientos del futuro o me vería atacada por la peste negra.

Grupo musical: “Te voy a hacer tus calzones… como los usa el ranchero"





TURBOPOP: Además, el viaje en el tiempo sería incontrolable, ¿cómo sabrías que vertiente tomar para viajar al pasado o futuro que deseas?



Maruchi: ¡Exacto! Tal vez nosotros llamamos tiempo a una continuidad, pero ¿qué tal si esa continuidad pertenece a algo más complejo que no alcanzamos a comprender?
El Autor: No digan mamadas.

Grupo musical: …”te los comienzo de lana… te los acabo….”

Voz extraña que nos interrumpió: “Órale hijos de su pinche madre, saquen todo lo que traigan.”




Volteé para ver de dónde salía esa voz extraña y descubrí que provenía de un tipo ñero que nos apuntaba con una pistola de Robocop. Mi instinto me dijo que estaban asaltando el restaurante.

“¡Al suelo!” – gritó otra voz.

Inmediatamente después, nos refugiamos debajo de la mesa. Éramos nueve cabrones hechos bolita y ocupando mucho espacio, al grado de que TURBOPOP no alcanzó lugar debajo de la mesa para poder refugiarse. Aprovechando que se había quedado fuera, le pedí a TURBOPOP que subiera mi bolsa a la mesa, para que los rateros no tuvieran que hacer contacto visual con nosotros, pero justo cuando la iba a subir, comenzó una balacera marca ACME. Cada que sonaba un plomazo, se me erizaban los pelos de la nuca. Fueron un chingo, no cesaban. De pronto, veo a un charco de sangre acercarse a mis pies debajo de la mesa.
Pensé que algún asaltante le había dado a alguno de nosotros.



“Ya, ya, ya, ya estuvo”- imploraba una voz.



“Es uno de los nuestros”- pensé.



TURBOPOP no cesaba de decir: Fuuuuck, fuuuuuck, fuuuuck, ¿por qué está pasando esto?





El Autor no cesaba de callar a TURBOPOP





Yo no cesaba de callar a El Autor porque éste callaba a TURBOPOP.




Otra serie de disparos dominó la atmósfera. “Estamos perdidos”- creo que eso fue lo que sentimos todos los que estábamos en el restaurante. Sin embargo, una vez terminados los disparos una voz dijo: “Llamen a una ambulancia, somos la policía.”

¿La policía? WTF

Así es, resulta que unos judiciales, de pura chiripa, estaban en la cantina cuando sucedió el asalto. Ellos fueron quienes gritaron: “al suelo”, porque no querían comensales lesionados. Mataron a un asaltante y otros dos los hirieron de gravedad. Uno de los rateros disparó al gerente en la mano y a un comensal en la frente ( No lo mató, sólo le rozó la bala).



Cuando salimos de nuestro refugio nos dimos cuenta de que la sangre que rodeaba nuestra mesa, pertenecía a dos de los asaltantes. Un alivio indescriptible recorrió mi alma, pues me di cuenta que ninguno de nosotros había salido herido como yo creía. Sin embargo una duda comenzó a inquietarme: “¿Cómo es que los rateros cayeron en frente de nuestra mesa?”

El Author: Lo que pasa es que los judas estaban atrás de nosotros y estos rateros en frente, en pocas palabras, nuestra mesa fue la línea de fuego…(elevando la mano)¡La justicia triunfó!

Maruchi: FUUUUUCK… con razón sentí los plomazos tan cerquita.

El Author: Ni me digas, yo los sentí en el hoyo.

Todos los comensales ahí presentes nos pasamos la ley antitabaco por los huevos. Después de lo que acabábamos de presenciar, todos, todos, todos necesitábamos un cigarro. Además, por cuestiones de peritaje, el ministerio público no nos dejaba salir del changarro.



Después del quinto cigarro, me encontraba más tranquila, tanto que pude ayudar a una señora a calmarse. La pobre mujer estaba apunto del shock.



Maruchi: Respira profundo





Señora: Bua …es que…bbbbbb….yo vvvvvviiii la pistola….ayyyyyy. Además, ayer también estuve apunto de perder la vida.



Maruchi: ¿En serio? ¡Vaya! Lo que es tener mala suerte. ¿Qué fue lo que le pasó?


Señora: Ayer a la hora de la comida me estaba ahogando con un cachito de chicharrón.

Maruchi: Señora…. No mame. (Era todo lo que podía decir)







Un comandante ordenó que todos nos sentáramos en las mesas tal y como estábamos antes del atraco. Ahí nos tienen, a Turbopop, a El Autor y a mí tratando de sentarnos en nuestra mesa, la cual estaba acordonada con cinta amarilla y rodeada por seis metros de sangre. Aún así, nos valió madre y nos sentamos, hasta ordenamos unas bebidas que iban a cuenta de la casa.

Llegó la hora de sacar del restaurante a los malandrines heridos. No sé si se murieron en urgencias o si sí la contaron. Pero si no la libraron, las últimas palabras que escucharon antes de morir fueron: “Mátenlos… malditos… hijos de puta”



“Consíguete un trabajo de verdad, hijo de puta” - Blasfemó Turbopop



“Déjenme partirle su madre” Agregó un amigo de Turbopop



“No mames, estuvo de huevos.”- comentó El Autor- “Sobrevivimos...la contamos”

Poco después entraron los judiciales. Les juro que nunca en la vida había aplaudido tan fuerte, ni siquiera cuando fui a ver El Hombre de la Mancha. Todos los ahí presentes no nos hartamos de aplaudirle a los judas. Eran nuestros héroes. Nos salvaron la vida. Aún así, el impacto de ver a un güey muerto y otros dos desangrándose a lado de nuestra mesa, fue bastante duro. Aunque fuera sangre derramada con justicia, pues, es mole.







¿Era la primera vez que viví un asalto?



No.



Hace más de un año me toco un secuestro Express en un pinche taxi pirata. Tal vez por eso pude mantener la sangre fría durante el intento de atraco al restaurante, eso y por los medicamentos psiquiátricos que me mantienen ecuánime.



Lo que sí me quedó claro es que cuando vuelva a ver una película de balazos y sangre, voy a saber que tan real se ve la sangre y que tan auténticos se escuchan los plomazos. Hasta ahora el que se lleva el primer lugar es, inevitablemente, Tarantino.



Un par de notas aclaratorias:



1. No publiqué fotos del atentado por que son de muy mal gusto, pero si les interesa echar un vistazo aquí está la noticia en el Universal http://www.el-universal.com.mx/notas/616263.html y una galeríad e fotos http://www.facebook.com/l.php?u=http%3A%2F%2Ffotos.eluniversal.com.mx%2Fcoleccion%2Fmuestra_fotogaleria.html%3Fidgal%3D7112&h=797be0ac25c2ae3f84dca771140c1459



2. Al igual que todos ustedes, hubiera deseado que este post lo redactara El Autor, pero nos tendremos que conformar con mi pobre estilo literario.








Chamacos Aguas con los viernes de quincena. Mejor es armar el reven en casita.

4 comentarios:

MIN... dijo...

Hasta ahora no je tenido que ver un asalto ni balacera desde ningun angulo y la verdad es que me siento feliz por eso.

Sobreviviste! y supongo que la sensación de haberla librado por los pelos tarda un poco en disiparse, no?

Dib dijo...

Y pensar que en dos semanas me iré a vivir para allá...

Me da gusto que no les haya pasado nada.

Unknown dijo...

Fiuuu... Que bueno que ese día Turbopop a quién llamo cariñosamente "Maldita Leña" invitó a Autor y Autor a su vez invitó a Maruchi Coco y todos olvidaron invitar a El Satan® Fiuuu.

Bueno yo también esperaba que el Autor o Turbopop a quién llamo cariñosamente "Maldita Leña" publicaran esta historia que hasta salió en Tv.
Porque los dos me la contaron a medias y me quedé esperando, espero que te hayas repuesto del impacto.

Por más veces que veas sangre derramarse no es posible acostumbrarse a eso.

Ni siendo taquero de moronga.


PD. Que poca, la gente sin agua y ustedes recreando el cici en su depa.

Craneo Rojo dijo...

A fin de cuentas, no te acostumbras, pero es importante que aprendas a controlar llo que sientes para no regarla en momentos como ese, u otros similares que inevitablemente pasaran . . .