Paso 2: El paciente va al otorrino. Éste "cura" con antibiótico una tos que podía quitarse con halls. El antibiótico le produce acidez.
Paso 3: El paciente va de nuevo con su médico de cabecera por un dolor en la boca del estómago. El doctor le recomienda a un gastroenterólogo.
Paso 4: El gastroenterólogo da el diagnóstico de inicio de gastritis, le recomienda quitar lo divertido a su comida y le da un medicamento por una semana y le pide que haga cita para dar seguimiento.
Paso 5: El paciente se dirige una vez más a su médico de cabecera porque tiene migrañas. Éste le recomienda a un neurólogo.
Paso 6: El neurólogo le diagnostica migraña crónica "Pero si nunca me había dolido así la cabeza antes" piensa el paciente, a estas alturas que es más bien impaciente, pero el doctor le explica que la migraña no tiene edad de aparición.
Paso 7: de nuevo a ver a su médico de cabecera por que se ha sentido muy mareado y con vértigo. El doctor le recomienda un laboratorio muy bueno para que se haga una biometría hemática.
Paso 8: El paciente se realiza una biometría hemática
Paso 9: Le entrega la biometría hemática al médico de cabecera. Éste le dice que sus niveles de glucosa están muy bajos, así que le recomienda un endocrinólogo.
Paso 10: El endocrinólogo le dice que necesita ingerir más azúcar en su dieta, "pero si el gastroenterólogo me dijo que no podía..." termina haciéndole caso al endocrinólogo y el paciente consume cantidades colosales de glucosa.
Paso 11: El paciente tiene sobre peso por consumir azúcares, así que el médico de cabecera le recomienda a un nutriólogo.
Paso 12: El paciente enloquece… y como es de suponerse, el médico de cabecera le recomienda un psiquiatra
"Si sólo era una pinche tos...buaaaa"
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Después de analizar estos doce pasos, no queda más que dos variantes:
- No tener acceso a ese tipo de información, nos daba la tranquilidad de confiar en el doctor.
- Tener acceso a información que no podemos comprender o controlar, nos hacen (paradójicamente) descontrolados y confusos con lo recetado.
Si el paciente hubiera revisado los medicamentos recetados en Internet, se habría dado cuenta que el antibiótico produce gastritis, que la medicina para la gastritis provoca migrañas, que la medicina para curar la migraña, baja el azúcar y que los hipoglucémicos suben de peso porque necesitan consumir polisacáridos... Todo un relajo armado por algo que pudo curarse con un pinche caramelo.
¿Los doctores conocen estos efectos secundarios? ¡Por supuesto! Ellos saben las consecuencias de tomar cierto medicamento, pero no lo advierten para que sigas visitándolos y gastando en consultas, es como cuando vas a llevar el coche al taller, le arreglar un pedo pero te dejan con otro y así te vuelves un cliente frecuente.