lunes, 2 de marzo de 2009

Se me hizo tarde...

¿Cuántas veces no hemos utilizado esta oración cuando llegamos tarde a cualquier sitio?
Decimos: "Perdón... se me hizo tarde", y después de una sonrisita pendeja, seguimos con nuestro día.



Cuando utilizamos el "se me hizo tarde", estamos arrojando la responsabilidad a un tercero no presente (mas sí implícito) en la oración. ¿Qué es lo que se te hizo tarde? ...who knows? Inconscientemente nos estamos lavando las manos. Es preferible agarrar valor, y reconocer que la culpa es tuya y decir con estoicismo : "Lo siento, sé que llegué tarde". Aahhh...qué pinche diferencia.



Si el radar de la vergüenza funciona bien en ti, al hacerte responsable de que llegar tarde es tu acción, por lo tanto tu culpa, tratarás de combatir tu impuntualidad, pero momento... no es tan fácil, antes hay que romper con un mal hábito y si no sabes qué lo origina, puede ser confuso.


...Entonces...


¿Qué es lo que nos hace ser impuntuales?


1.- Medir el tiempo al tanteo.

Es verídico que cualquier actividad nos lleve un cierto tiempo realizarla. Hay personas "masters" que mentalmente hacen una especie de ecuación matemática y con precisión deducen el tiempo exacto para cada actividad de sus vidas. Para la perrage, este conocimiento nos es ajeno y por consiguiente la cagamos al otorgarle un tiempo inexacto a actividades y trayectos. "Yo calculo llegar en cinco minutos en coche" y la realidad es que ese trayecto te toma más de veinte.

¿Qué hacer cuando este es tu caso?

Elaborar una tabla de tiempos. Se que suena mamerto y muy al estilo de espacio de cositas, pero neto puede funcionar. En una hoja de cuadrícula grande tamaño carta hay que anotar las actividades y el tiempo real que te tome ejecutar cada una . Sobre todo si el problema es llegar tarde a la chamba.

Ejemplo:

Ducha: 20 min.
Peinado: 20 min.
Maquillaje: 10min.
Desayuno: 20min .
Traslado: 20min

Total: 90 min.

Después de hacer tu tablita temporal te darás cuenta que lo que creías que te llevaba tan solo veinte minutos, en realidad te toma noventa y por eso nunca llegas a tiempo a la chamba.

Una vez haciendo conciencia de esto, será difícil que te hagas pendejo solo otra vez.


2.- Justicia cósmica.

Las personas que caen en este rubro no son malos en su chamba, de hecho pueden ser muy eficientes, su pedo radica en que siempre, siempre, siempre, salen bien pinche tarde del trabajo. Entonces, a modo de justicia deciden llegar un poco más tarde que su hora de entrada establecida. El jefe se la puede hacer de pedo, pero el empleado siempre va a rezongar: que se va tardísimo todos los días, que está trabajando jornadas de más de doce horas diarias, que por 20 minutos tarde no hace daño a nadie, más si se va tarde, etc.


Es injusto que las empresas te exijan llegar puntual en tu hora de entrada, y se hagan bien pendejos con la puntualidad a la hora de la salida. Si te vas a tu hora, no falta el pendejo que comenta: ¿Qué... acaso es tarde libre? , haces jornadas inhumanas, llegas a tu casa con el ánimo apenas suficiente para cenar algo y dormir.


¿Cuál podría ser el motivante para estos seres? ¿Cómo alentar a alguien a que llegue a su hora, si siempre se va tarde? ¿Qué podemos decirle a esa pobre criatura? No pretendo dar la solución al problema, ni sentirme Corneja y dar pláticas motivacionales, pero a las personas que conozco con este problema siempre les he dicho algo que los ha motivado a ser puntuales en su chamba y es:

SI SIGUES ASÍ, TE VAN A CORRER... NO SEAS PENDEJO Y MEJOR LLEGA A TU HORA.


Lamentablemente la justicia cósmica no aplica en los horarios de trabajo y por mucho que te vayas tarde, la empresa puede argumentar que eres un huevón por no llegar esos veinte minutos antes que te tomas por hacer justicia con tu propia mano. Ni pedo.... aquí tenemos las de perder.



3.- Hueva.

Hay sujetos que sufren de fatiga crónica e injustamente son llamados: Pinches huevones.

Si eres de los que se la viven cansados las 24 horas del día. Siempre tienen sueño (me tomo una pausa para recoger mi cacho de lengua), los párpados te pesan como acero todas las mañanas y el cuerpo te exige dormir más...más...máaaas....y máaaas, seguro entras en esta categoría.


Por mucho que trates de motivar a estos seres, siempre van a tener su hueva como su única prioridad, así que lo que puede ayudarles es hacerse de los siguientes aparatejos: Despertador chicharra marca ACME y una cafetera con programador temporal.


La idea es que el dulce aroma del café te vaya despertando en lo que suena tu despertador. Según artículos, el aroma del café es estimulante. Si no funciona, lo peor que puede pasar es que tu cafetera de cristal explote y sigas siendo el mismo flojonazo.


........................................................................................................................................................................


Chamacos, ya no hay pretextos, acabo de dar soluciones factibles y muy viables para que la impuntualidad deje de ser un problema en sus vidas y no sigan siendo catalogados como: ese pinche huevón que siempre llega tarde.
































1 comentario:

Dib dijo...

A mi nunca se me ha hecho tarde...

Si llego tarde, es que estoy muerto... eso lo ví en una película y ya es como mi mantra.